Management sistémico

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Introducción al pensamiento sistémico

El pensamiento sistémico, también conocido como el pensamiento en sistemas o la teoría de sistemas, busca comprender de manera precisa cómo funciona la totalidad y cada una de las partes relacionadas de un sistema, y los efectos que producen en el corto, mediano y largo plazo.

Es un tipo de pensamiento que suele ser aplicado en los estudios científicos, ingeniería y administración de empresas, entre otros, como un método por el cual se puede dar solución a un problema o situación, y que también sirve como guía para interrogarse sobre el comportamiento de un sistema.

El enfoque sistémico se centra en el concepto de sistema, definido como un conjunto de elementos interrelacionados con un objetivo común, que tiene en cuenta las características del sistema y el tipo de interrelación que los elementos establecen entre sí.

Su origen se puede encontrar en la investigación en física teórica e ingeniería que se llevó a cabo durante la Segunda Guerra Mundial, de donde surgió la idea de la realimentación, que cuando es negativa da lugar a máquinas "autocorrectoras".

A diferencia del enfoque analítico, el enfoque sistémico engloba la totalidad de los elementos del sistema estudiado, así como sus interacciones e interdependencias. Provee un marco amplio y diverso para orientar el razonamiento analítico y el pensamiento crítico sobre distintos fenómenos, situaciones y problemas, y es un modelo que nos permite observar cómo una parte se inserta dentro de una red más amplia, y desde ésta despliega su energía para alcanzar su propia autonomía, como un todo. En este sentido, el enfoque sistémico propone soluciones en las cuales se tienen que considerar diversos elementos y relaciones que conforman las partes intervinientes de todo el sistema y el entorno del cual forma parte.

Proceso del enfoque sistémico

El enfoque sistémico es la aplicación de la teoría general de los sistemas en cualquier disciplina: educación, organizaciones, psicoterapia, etcétera. Por lo tanto, su estudio y práctica pone especial importancia en la relación y comunicación en cualquier grupo que interaccione, entendido como un sistema.

El análisis en el enfoque sistémico sigue un proceso que consta de tres etapas:

  1. Identificar un todo contenedor –sistema– del cual el objeto por explicar es una parte.
  2. Explicar el comportamiento o las propiedades del todo o contenedor.
  3. Explicar el comportamiento o las propiedades del objeto por explicar.

La aplicación del pensamiento sistémico a una empresa reside en considerarla como un sistema sociotécnico que se interrelaciona con su entorno de forma dinámica. Comprenderla asimismo desde un punto de vista multidisciplinar y transdisciplinar, lo que permite que la empresa desarrolle una capacidad de análisis que ayuda tanto a optimizar la interrelación que existe entre sus empleados, como a mejorar su capacidad de respuesta ante problemas o eventos negativos, y a definir de forma clara los puntos fuertes y débiles en todos los aspectos que abarcan la gestión.

Las empresas pueden así alcanzar sus resultados enfatizando de forma distinta los diferentes componentes, o dicho de otra forma, usando diferentes estrategias. Esto demanda percibir a cada área o departamento de la empresa como un elemento dentro de un sistema o conjunto, regido por ciertos principios y leyes, de tal manera que cuando se hace una intervención sobre un área o departamento determinado, se está afectando de manera directa o indirecta sobre otras áreas de la empresa y los sistemas a los que pertenece.

Fundamentos del Management sistémico

El inicio de una nueva era en la que podríamos asistir a la constante erosión de los modos de organización y gestión tradicionales y jerárquicas, y a la adopción en un sentido amplio de redes distributivas caracterizadas por la colaboración masiva. Jeremy Rifkin

Management es una palabra inglesa que proviene del verbo manage, significa conducir. Apareció a finales del siglo XVI probablemente derivado del italiano maneggiare, que significa manejar. Su verdadero sentido es, por tanto, más profundo que simplemente dirigir.

Peter F Drucker, uno de los padres fundadores de la moderna teoría del Management, autor de “La práctica del Management”, “El Management del futuro”, “Desafíos de la Gerencia en el siglo XXI”, sostenía, a finales del siglo pasado y a primeros de este, que gran parte de lo que se enseña y se practica en esta materia es obsoleto, erróneo, o ambas cosas.

Consideraba que para permanecer competitivos -y aún para sobrevivir- las empresas tendrán que pasar del pensamiento lineal a la perspectiva sistémica para afrontar la realidad cada vez más compleja y cambiante. La perspectiva sistémica es una disciplina para ver totalidades e interrelaciones entre las partes.

Esta consideración nos introduce al Management sistémico.

Posteriormente, con Peter M Sengle, profesor del MIT -Massachussetts Institute of Technology y autor de la Quinta Disciplina, venimos comprobando que es necesario que las organizaciones aprendan a crear los resultados que les importen de manera generativa. Pensamos que las organizaciones que podrán competir en las nuevas realidades, son aquellas que descubran cómo aprovechar el potencial de aprendizaje y entusiasmo de las personas en todos los niveles de sus estructuras. De esta manera las organizaciones se convierten en agentes de sus propios cambios y son capaces de gestionar cualquier tipo de crisis, reconocer amenazas, descubrir nuevas oportunidades y hacerlas más sostenibles.

Como dice Jeremy Rifkin, prestigioso investigador y consejero de organizaciones político-sociales y de la nueva economía, las nuevas realidades marcan “el inicio de una nueva era en la que podríamos asistir a la constante erosión de los modos de organización y gestión tradicionales y jerárquicas, y a la adopción en un sentido amplio de redes distributivas caracterizadas por la colaboración masiva”. Compartimos este sentido priorizando la aplicación y experimentación del control distribuido y las nuevas competencias prototípicas de liderazgo.

En el uso cotidiano, el aprendizaje del Management ha pasado a ser sinónimo de adquirir conocimientos y habilidades. El mismo Drucker junto con John K Galbraith, prestigioso economista, profesor de Harvard, autor de “El nuevo Estado Industrial”, fueron grandes impulsores del Management del conocimiento y la tecno-estructura.

En cambio, el verdadero aprendizaje del Management sistémico debe llegar al fondo de lo que significa ser humano en un mundo cambiante e interrelacionado como el que estamos viviendo en la actualidad. Las personas, equipos y organizaciones, por más conocimientos que tengan deben estar abiertas al aprendizaje continuo y permanente.

Pierre Wack, director de planificación del grupo Royal Dutch Shell´s descubrió que las tareas de planificación, en Management, ya no consistían solamente en producir una visión documentada del futuro, sino que era necesario confeccionar escenarios para que los managers cuestionaran sus modelos de la realidad y aprendieran a cambiarlos cuando fuera necesario.

Esto se refuerza con los criterios de Chris Argyris, autor de Ciencia de la Acción y profesor de Harvard Bussiness School que dice textualmente: “Los modelos mentales no sólo determinan el modo de interpretar el mundo, sino el modo de actuar. Nos atascamos en rutinas defensivas que aíslan nuestros modelos mentales de todo examen, y en consecuencia desarrollamos una competencia no cualificada”.

El Management sistémico es el que se realiza con perspectiva sistémica. Que afrontar la realidad, cada vez más compleja y cambiante, para alcanzar los resultados que se propone y la satisfacción de todas las personas que constituyen la organización. Y, para ello, los conocimientos personales, el aprendizaje personal es necesario pero no suficiente. Los individuos pueden tener muchos conocimientos o aprender constantemente y, sin embargo, no hay aprendizaje organizacional. Es necesario que aprendan los equipos. Si los equipos aprenden son como microorganismos que transmiten el aprendizaje a toda la organización.

Principales aplicaciones prototípicas

Las principales aplicaciones del Management sistémico son las derivadas de afrontar la realidad con perspectiva sistémica. Cualquier organización, actualmente, debe afrontar la realidad, cada vez más compleja y cambiante, para alcanzar los resultados que se propone y la satisfacción de todas las personas que constituyen la organización. Consideramos que para permanecer competitivos, y aún para sobrevivir, las empresas tendrán que pasar del pensamiento lineal a la perspectiva sistémica para afrontar la realidad cada vez más compleja y cambiante.

Hemos experimentado que existen diferentes metodologías para el abordaje de una perspectiva sistémica del management. Con ella podemos entrenarnos para emprender, conducir y manejar lo que auténticamente nos importa y, así, ampliar nuestra capacidad para crear, en una realidad compleja y cambiante.

En cualquier aprendizaje el enfoque con perspectiva sistémica es hoy más necesario que nunca porque la complejidad nos abruma:

  • Tenemos capacidad para crear más información de la que nadie puede absorber.
  • Se está alentando una interdependencia que es muy difícil administrar.
  • También es muy difícil seguir la celeridad de los cambios que estamos impulsando.
  • Esta escalada de complejidad no tiene precedentes en toda nuestra historia.

La complejidad puede ser de dos tipos: la dinámica y la de detalles con muchas variedades. La complejidad dinámica se produce porque el cambio en los sistemas ocurre en escalas de tiempo diferentes y esas escalas a veces interactúan. En la complejidad dinámica la causa y el efecto no están próximos en el tiempo ni el espacio. Sólo puedes comprender los efectos de una tormenta contemplando sus elementos en su totalidad. Nunca lo comprenderás si lo haces individualmente.

Todos estos acontecimientos están separados en el espacio y el tiempo. Pero todos están conectados. Cada uno influye en el resto. Aunque, muchas veces, esta influencia no es evidente. Lo mismo ocurre en cualquier organización y en todos los comportamientos personales, sociales, empresariales y ecológicos. Las tramas invisibles actúan interrelacionadas y pueden tardar tiempo en producir efectos mutuos. Como nosotros mismos formamos parte de esta urdimbre nos resulta muy difícil ver los patrones de cambio. Solemos concentrarnos en partes aisladas del sistema. Vemos sólo fotos instantáneas. De esta manera la mayoría de nuestros problemas más profundos no se resuelven.

La perspectiva sistémica nos ofrece un marco conceptual donde los patrones totales resultan más claros, nos ayuda a modificarlos y ver, a la vez, las partes y sus sutiles interrelaciones, por lo tanto, es una herramienta muy poderosa para afrontar la complejidad dinámica y, por tanto, para el management sistémico.

Esta es la esencia de nuestro desafío como managers, que podemos resumir en aplicaciones específicas fundamentales como:

  • Identificar la confusión estratégica que pueda producir los distintos objetivos a alcanzar, priorizando actividades y clasificando estrategias.
  • Entrenarse para establecer estrategias que consigan mejores resultados, previsibles, sostenibles y con la máxima eficiencia de los recursos, especialmente el tiempo.
  • Identificar o crear los futuros escenarios, realizar la planificación estratégica por escenario, de manera participativa, que faciliten alcanzar una organización sostenible y previsible
  • La aplicación de estrategias y programas prototipos enfocados a las organizaciones que aprendan a ser agentes de sus propios cambios.
  • Crear la visión compartida en el contexto de su misión o propósito, proceso esencial del aprendizaje de equipo, especialmente enfocado a alcanzar sus objetivos de manera previsible y sostenible.
  • Anclarla y sostenerla con los valores e ideas rectoras de cómo quieren vivir todos sus miembros, en su trabajo ordinario.
  • Aprendizaje mediante el coaching con perspectiva sistémica. Síntesis prospectiva de los escenarios que se derivarán del inicio de la tercera, cuarta y quinta revolución industrial.
  • Impulsar el aprendizaje en equipo para que permita aprovechar oportunidades y alternativas, así como resolver rutinas y conflictos que se producen en todos los equipos y transformarlas en productivas.
  • Brindar herramientas que aumenten su capacidad para cambiar y crear su realidad de manera que potencie su capacidad creativa para transformarlas en agentes constructores de su propio futuro.
  • Estimular competencias de evaluación y coordinación en organizaciones con dirección por objetivos y con control distribuido.
  • Identificar las nuevas competencias de liderazgo. Brindar herramientas que faciliten el reconocimiento de las rutinas del liderazgo tradicional y estimulen el desarrollo del nuevo liderazgo. Aplicación y desarrollo de las nuevas competencias prototípicas de liderazgo para el Management sistémico.

Management integrado

En la actualidad, el giro que están dando las empresas hacia la adhesión a los diferentes pactos y acuerdos internacionales, como por ejemplo los Objetivos de Desarrollo Sostenible, es de una velocidad y magnitud tal que dentro del management tradicional ya ha surgido una nueva disciplina que se conoce como “management integrado”. Esta nueva disciplina está dando nacimiento a su vez a una nueva categoría de manager: el “manager sistémico”, que no es ni un generalista ni un especialista, sino alguien que aborda la gestión desde dos perspectivas complementarias: la identificación y comprensión de las interrelaciones causales más importantes dentro de la organización, y las diferentes dinámicas que suceden dentro de ese sistema socio-técnico llamado empresa.

En la práctica, esto implica un nuevo abordaje de la gestión sostenible que da lugar a la aparición de los CSO, siglas de Chief Sustainability Officer, responsables de incorporar al proceso de toma de decisiones de la alta dirección temas tales como los criterios Environmental, Social & Governance ESG, cuyo análisis se centra en el servicio que las empresas prestan a la sociedad y en sus efectos en los resultados actuales y futuros, y nos acerca al concepto de inversión socialmente responsable; es decir, a la inversión que no solo busca rentabilidad, sino también gestionar sus impactos en relación con los temas ambientales, sociales y de gobierno de las organizaciones.

En la misma dirección, los CSO también promueven la implementación de instrumentos como SDG Action Manager, una herramienta desarrollada por B Lab y el Pacto Global de las Naciones Unidas que reúne la  Evaluación de Impacto B de B Lab, los Diez Principios del Pacto Global de las Naciones Unidas, y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), y que apunta a fomentar un actuar positivo de las empresas mediante iniciativas de autoevaluación, de fijación de estándares y de mejora.

Entre otras cosas, estos instrumentos y herramientas les sirven a las empresas para medir el Impacto social Total en su entorno, información que necesitan para después poder elaborar su Reporte integrado y así poder rendir cuentas a la sociedad en su conjunto del impacto de su accionar, e informar sobre el valor de la compañía a un grupo más amplio de stakeholders a partir de un abordaje de largo plazo de sus operaciones.

Vale aclarar sin embargo que todas estas nuevas disciplinas son muy recientes y permanentemente están surgiendo nuevos conceptos y neologismos técnicos que incorporan atributos vinculados con la sustentabilidad y la regeneración sobre los cuales aún no hay un acuerdo respecto de su definición y significado específico, por lo tanto, cada autor lo utiliza de una forma diferente.

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