Belleza

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Definición RAE:

1. Cualidad de bello.

2. Persona o cosa notable por su hermosura.

La belleza se describe comúnmente como una cualidad de los objetos que hace que estos sean placenteros de percibir. Tales objetos incluyen paisajes, puestas de sol, seres humanos.

Belleza es una noción abstracta ligada a numerosos aspectos de la existencia humana, que se estudia dentro de la disciplina filosófica de la estética, además de otras disciplinas como la historia, la sociología y la psicología social.

La belleza se define como la característica de una cosa que a través de una experiencia sensorial (percepción) procura una sensación de placer o un sentimiento de satisfacción.​ Proviene de manifestaciones tales como la forma, el aspecto visual, el movimiento y el sonido, aunque también se la asocia, en menor medida, a los sabores y los olores. En esta línea y haciendo hincapié en el aspecto visual, Tomás de Aquino define lo bello como aquello que agrada a la vista (quae visa placet).

La percepción de la «belleza» a menudo implica la interpretación de alguna entidad que está en equilibrio y armonía con la naturaleza, y puede conducir a sentimientos de atracción y bienestar emocional. Debido a que constituye una experiencia subjetiva, a menudo se dice que «la belleza está en el ojo del observador».​ Aunque tal relativismo es exagerado y suele asociarse a cosmovisiones y modas, lo concreto es que existen objetos y seres que dan la impresión de belleza ya desde su objetividad natural porque se corresponden con los requisitos naturales del homo sapiens, por ejemplo: el sabor dulce es preferido al sabor amargo porque el amargo suele corresponder a tóxicos, lo mismo que la fragancia de muchas flores se prefiere naturalmente en gente psíquicamente sana al hedor pútrido.

Una dificultad para entender la belleza se debe al hecho de que tiene aspectos tanto objetivos como subjetivos: es vista como una propiedad de las cosas pero también como dependiente de la respuesta emocional de los observadores. Se ha argumentado que la capacidad del sujeto necesaria para percibir y juzgar la belleza, a veces conocida como el "sentido del gusto", puede entrenarse y que los veredictos de los expertos coinciden a largo plazo. Esto sugeriría que los estándares de validez de los juicios de belleza son intersubjetivos, es decir, dependientes de un grupo de jueces, en lugar de completamente subjetivos o completamente objetivos.

Las concepciones de la belleza apuntan a captar lo que es esencial en todas las cosas bellas. Las concepciones clásicas definen la belleza en términos de la relación entre el objeto bello como un todo y sus partes: las partes deben estar en la proporción correcta entre sí y así componer un todo armonioso integrado.

Platón fue el primero en elaborar un tratado sobre el concepto de belleza que tendría un gran impacto en occidente, tomando ciertas ideas plasmadas por Pitágoras sobre el sentido de la belleza como armonía y proporción y fusionándolo con la idea de esplendor. Para él la belleza proviene de una realidad ajena al mundo que el ser humano no es capaz de percibir completamente.

Las concepciones hedonistas incluyen la relación con el placer en la definición de belleza al sostener que hay una conexión necesaria entre el placer y la belleza, por ejemplo, que para que un objeto sea bello es necesario que cause placer desinteresado. Otras concepciones incluyen definir los objetos bellos en términos de su valor, de una actitud amorosa hacia ellos o de su función.

La belleza como virtud

  • La belleza se encuentra en la mente y ojo de quien la aprecia. Es una experiencia perceptual compleja que proporciona placer y significado.
  • La belleza, generalmente, se ha asociado con el bien. En su obra “Las afinidades electivas”, Goethe declara que la belleza humana actúa con mucha mayor fuerza sobre sentidos interiores que sobre los externos, de modo que lo que él contempla está exento del mal y en armonía con él y con el mundo.
  • Contemplar la naturaleza o algo bello activa en nuestro cerebro una zona denominada corteza prefrontal, que está relacionada con la calma y la conexión. La observación de la belleza nos hace sentirnos seguros, alegres y con más confianza.
  • Lo bello es el aspecto visible del bien, dirá Platón. Cuando percibimos lo bello, se activa en nosotros la misma región cerebral en la que tienen lugar las valoraciones y las elecciones de orden moral. Impulsa el espíritu hacia nobles inclinaciones elevando nuestra conciencia.
  • En su sentido más profundo, belleza puede engendrar una experiencia sobresaliente de reflexión positiva sobre el significado de la existencia de alguien o de algo. “Un objeto de belleza” es un objeto mental es algo que revela un significado íntimo (inmanente) o social, es algo ejemplar que brinda enseñanzas que pueden ser religiosas y morales y a menudo estas se enfocan en la divinidad y la virtud de la belleza, y ubican a la belleza natural como una manifestación de espiritualidad y verdad.
  • Aprender a disfrutar placenteramente de la belleza, nos permite trascender de lo cotidiano y vislumbrar lo extraordinario.
  • La belleza, sea en la naturaleza o en la creación humana, como expresión de la armonía (unidad en la diversidad), favorece todo lo que une, creando vida frente a la muerte, salud frente a la enfermedad, amor frente al odio, concordia y amistad entre las cosas y los seres frente a la descomposición y el caos que destruyen.
  • Es un estimulante que refuerza nuestros vínculos con el mundo. La belleza nos habla de que la vida no es un caos sin sentido, sino que posee un orden implícito y un significado.