Equidad de género laboral

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La equidad consiste en la distribución justa de los recursos y el poder en una sociedad. Y en el caso de la equidad de género, se refiere a la justicia en el tratamiento de hombres y mujeres, de acuerdo con sus necesidades respectivas.  

“La equidad de género permite brindar a las mujeres y a los hombres las mismas oportunidades, condiciones y formas de trato, sin dejar a un lado las particularidades de cada uno de ellos”, señala el Tribunal Superior de Conciliación y Arbitraje (TFCA).  

Es decir que, para alcanzar la equidad, debemos incorporar medidas que compensen las desventajas que históricamente han arrastrado las mujeres, como se explica en la definición de la UNESCO.  

Beneficios de la equidad laboral

En cualquier organización, la igualdad de oportunidades es parte íntegra de la inclusión laboral, que a su vez es indispensable para lograr un sentido de pertenencia y alineación con los valores de la compañía.  

Entre los principales logros cuantificables, un estudio encontró los siguientes beneficios de la igualdad en el trabajo:  

  • Mejora el ambiente laboral
  • Mejora la comunicación entre la administración y trabajadores
  • Aumenta el número de mujeres en posiciones de alto rango
  • Mayor productividad
  • Menor brecha salarial
  • Menor discriminación en maternidad

Los países con mayor equidad, también presentan los menores niveles de violencia de género y son los que muestran mejor calidad de vida.  

5 medidas para promover la equidad

Como es fácil imaginar, la equidad de género no se consigue con el simple hecho de que la mitad de los recursos humanos sean mujeres. Tampoco resulta tan sencillo como prohibir la violencia hacia las mujeres.  

Por eso, veremos 5 propuestas para trabajar por la igualdad laboral. Todas han sido aplicadas como parte de modelos, pruebas piloto y programas en diversos países, por instancias como el Banco Mundial (BM) en colaboración con empresas.  

1. Usar la perspectiva de género para reclutar personal

La discriminación de las mujeres está presente en los procesos de reclutamiento de personal, desde el momento mismo en que se define el perfil del puesto y se publica la vacante.  Al respecto, se recomienda tener presente que ser mujer u hombre no debería ser requisito para ningún puesto de trabajo.

Asimismo, también es aconsejable contratar mujeres en áreas laborales donde la presencia femenina esté subrepresentada, o bien, dar preferencia a la contratación de mujeres en igualdad de condiciones, es decir, cuando ambos candidatos se muestren aptos.

2. Fomentar una cultura inclusiva

Para promover una cultura igualitaria y de inclusión laboral, es recomendable que la empresa se preocupe por dos vertientes: la normativa y la cuestión cultural. Respecto a la primera, se aconseja a las empresas crear un protocolo contra el hostigamiento y acoso sexual.

En segundo lugar, es necesario informar al personal sobre las políticas que aplica la compañía para la no discriminación, así como capacitar al personal para prevenir y detectar cualquier expresión de violencia de género y acoso.  

3. Impulsar equipos de trabajo igualitarios

Una medida para trabajar por la equidad de género es ofrecer las mismas capacitaciones y oportunidades de promoción a hombres y mujeres. Y es que, comúnmente, las empresas relegan a las mujeres al asignarles tareas estereotipadas.

Por supuesto, ser una empresa socialmente responsable y promover una cultura de inclusión laboral, también significa eliminar las bromas sexistas del centro de trabajo.

4. Celebrar públicamente sus logros

Las mujeres continúan accediendo a menos puestos de decisión dentro de las empresas. Y una de las razones es que no se les abren las mismas oportunidades ni se les ofrece el mismo reconocimiento por su trabajo.  

Una manera de combatir esta inercia es reconocer a las mujeres por sus buenos resultados, de la misma manera en que se hace con sus homólogos. Así, además, la compañía impulsará distintos tipos de liderazgo y no únicamente los centrados en valores típicamente masculinos.

5. Escucharlas de forma continua

Una de las medidas más importantes para empezar a trabajar por la equidad de género, es mantener comunicación con las mujeres en el centro laboral. Saber cómo se sienten, quiénes son y cuáles son sus motivaciones, ayudará a encontrar las políticas que fomenten su crecimiento y sentido de pertenencia. Escuchar a las trabajadoras también ayuda a identificar sus habilidades y competencias, tanto individuales como empresariales.  

Finalmente, ¿cuál es el primer paso que podemos dar?

Una buena idea es comenzar por incorporar la no discriminación en los principios o valores de la compañía, así como realizar planes de promoción que garanticen la igualdad de oportunidades para todos los colaboradores, sin importar su identidad y orientación sexual.  

En resumen, enarbolar la equidad de género implica incorporarla en las normativas y documentos oficiales de la empresa, pero también difundirla con el ejemplo y mediante esfuerzos de capacitación.

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