Diferencia entre revisiones de «Benevolencia»

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Revisión actual del 23:14 25 mar 2024

Definición RAE:

1. Buena voluntad o simpatía hacia las personas o sus obras.

La benevolencia o no-maleficencia es el principio ético de hacer el bien y evitar el daño o lo malo para el sujeto o para la sociedad. Actuar con benevolencia significa ayudar a los otros a obtener lo que es benéfico para ellos, o que promueva su bienestar, reduciendo los riesgos maléficos, que les puedan causar daños físicos o psicológicos.

La palabra benevolencia tiene dos raíces: bene, que significa bueno o bien y volencia, que significa voluntad. Así se puede entender que la palabra en su todo tiene que ver con hacer el bien como una decisión voluntaria.

“Hacer el bien”, por su parte, refiere a la obligación moral de actuar en beneficio de los demás.

La benevolencia es una cualidad del ser humano con la que demuestra en sociedad que es bueno con los que convive. Sus sentimientos dictan que las acciones que tiene que tomar deben beneficiar a los otros, incluso si su bienestar se ve comprometido.

Filosóficamente, la benevolencia es el valor que se le aporta a las acciones. Este valor es positivo y es concebido para que todas las acciones a partir de ésta, estén constituidas para hacer el bien. Es un principio de ámbito privado y su no-cumplimiento no está penado legalmente.

Confucio enriqueció el contenido de la “benevolencia” y elevó a un nuevo nivel su significado, planteando en términos bien definidos que la “benevolencia” significa “amar al hombre”. Posteriormente expuso la idea de que “para ser benévolos, debemos hacer que otros vivan si queremos vivir y debemos ayudar a otros a lograr éxito si queremos alcanzarlo”.

Para ser benévolos, “no hagamos al prójimo lo que no queremos que hagan a nosotros mismos”, es un profundo pensamiento filosófico del humanismo, que penetra en todos los aspectos de la doctrina confuciana. Confucio subraya especialmente el valor y rol de la “benevolencia”, considerando que la “benevolencia” es una autocultivación indispensable para toda persona y también el principio que se debe observar para conquistar el país y gobernarlo.

Sobre la base de abogar por la “benevolencia” y la “virtud”, Confucio procedió a plantear un ideal social llamado “la Gran Armonía”, la que es, en realidad, una sociedad en la cual el espíritu de “benevolencia” está plasmado plena y totalmente. Siendo difícil la materialización del ideal de “la Gran Armonía”, Confucio retrocedió para formular el ideal de “sociedad modestamente acomodada”, en la que se lleva a cabo de manera preliminar el espíritu de “benevolencia”.

Beneficios de la benevolencia

  • El sentido moral está intrínsecamente vinculado a la benevolencia como tendencia natural que lleva al hombre a estar interesado por sus semejantes. Es esencial a nuestra naturaleza y es el fundamento para la vida en sociedad.
  • Es una actitud positiva hacia los demás que se caracteriza por el deseo de hacer el bien sin esperar nada a cambio. Es un valor fundamental que se basa en la compasión, la empatía y la generosidad, y que nos permite conectarnos con los demás de una manera más profunda y significativa.
  • La verdadera definición de la benevolencia va más allá de hacer favores o ser amable con los demás. Se trata de una actitud que implica un compromiso genuino con el bienestar de los demás, y que se refleja en nuestras acciones diarias. Ser benevolente implica estar dispuesto a ayudar a los demás en todo momento, sin importar las circunstancias o las dificultades que se presenten.
  • Practicar la benevolencia en nuestra vida diaria puede tener innumerables beneficios tanto para nosotros como para los demás. Al ser benevolentes, podemos mejorar nuestras relaciones interpersonales, desarrollar una mayor empatía y compasión hacia los demás, y fortalecer nuestra autoestima y sentido de propósito en la vida.
  • Para practicar la benevolencia, es importante empezar por desarrollar una actitud de apertura y disposición hacia los demás. Debemos estar dispuestos a escuchar, comprender y apoyar a los demás en todo momento, y a manifestar nuestro compromiso con su bienestar a través de pequeñas acciones diarias.
  • Algunas formas simples de practicar la benevolencia en nuestra vida diaria incluyen ayudar a alguien que necesita un favor, ofrecer nuestra ayuda sin esperar nada a cambio, ser amables y respetuosos con los demás, y mostrar compasión y empatía hacia aquellos que están pasando por momentos difíciles.