Abordaje Sistémico

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Abordaje sistémico

El enfoque de sistemas es una manera de pensar en términos de interconexión, relaciones y contexto. Según este enfoque, las propiedades esenciales de un organismo, de una sociedad o de otros sistemas complejos, son propiedades del conjunto y surgen de las interacciones y las relaciones entre las partes. Las propiedades de las partes no son intrínsecas, y se pueden entender sólo dentro del contexto de un “todo” más amplio. El pensamiento se concentra no en los componentes básicos sino en los principios básicos de la organización. Es "contextual", lo cual es lo opuesto del pensamiento analítico.

Cuando nos referimos a “sistema”, queremos decir una conceptualización de una parte de la realidad definida por un conjunto de elementos interrelacionados. Los elementos pueden ser moléculas; organismos; máquinas o alguna de sus partes; entidades sociales o incluso conceptos abstractos. Puede que las interrelaciones, interconexiones o "acoplamientos" entre los elementos también tengan manifestaciones muy diferentes (transformación de la luz solar en energía; vínculos entre tejidos; información entre animales productores y depredadores; etc.).

El comportamiento y las propiedades de un sistema surgen no sólo de las propiedades de sus elementos constitutivos, sino también en gran medida de la naturaleza e intensidad de las interconexiones dinámicas entre ellos, que generan procesos que no tienen ni principio ni fin. Esto es especialmente cierto en los sistemas socioecológicos.

Perspectiva sistémica y desarrollo sostenible

Mirar la realidad desde esta perspectiva implica dos tareas básicas: una es la identificación y comprensión de las interrelaciones causales más importantes, ya que los vínculos entre diferentes factores y escalas originan la posibilidad de que los cambios en un componente del sistema repercutan en otras partes de ese mismo sistema. La otra tarea es comprender la dinámica del sistema. Además de la estructura de los componentes y vínculos, el análisis de las fuerzas que generan la conducta del sistema es esencial, incluyendo la investigación de cómo los diferentes componentes y procesos interactúan funcionalmente para generar respuestas: de qué manera el sistema se adapta y se transforma.

El desarrollo sostenible exige una mirada sistémica sobre la realidad, porque sólo de este modo es posible tener una visión del conjunto más que de las meras partes, y dar respuestas interdisciplinarias a las diferentes demandas. Además, los sistemas de los cuales se ocupa el desarrollo sostenible son complejos, pues siempre tienen varias dimensiones –en principio: ambiental, social y económica– y en ocasiones pareciera que sus necesidades son contrapuestas.

Una práctica útil en este abordaje sistémico sería siempre definir el sistema dentro del cual aislamos o delineamos el problema a investigar, y buscar interconexiones relevantes. En otras palabras, mirar hacia el exterior para analizar cómo el tema/problema está vinculado a otras variables, temas o sistemas (vínculos horizontales y verticales o de escalas transversales) en el tiempo y el espacio. Sólo entonces podríamos ignorar significativamente el resto de las variables del sistema (si los vínculos son insignificantes) o decidir cómo, y hasta qué punto, incluir el sistema más amplio en la investigación. Considerar el posible repertorio de comportamientos del conjunto, lo más ampliamente posible (no sólo el comportamiento histórico), permitirá, además, prepararse para la novedad, el cambio estructural y la sorpresa.

Algunas características de la perspectiva sistémica

La multiplicidad de perspectivas legítimas. Por ejemplo, es difícil entender un sistema sin considerar también su contexto. No se puede alcanzar la solución de un conflicto por una cuestión de propiedad común sin tener en cuenta las perspectivas y los intereses de los diferentes participantes (sin que ninguna sea la perspectiva "correcta" o "verdadera").
No linealidad. Los sistemas son no lineales, en el sentido de que muchas relaciones entre sus elementos son no directas.
Emergencia. Considerada en su acepción vinculada a algo que “nace, sale y da inicio a otra cosa” y denotada por la frase "el todo es más que la suma de sus partes", la emergencia es una propiedad sistémica, e implica que las propiedades de las partes se pueden entender solo en el contexto del todo más amplio y que el todo no puede ser analizado en función de sus partes. La verdadera novedad puede surgir de las interacciones entre los elementos del sistema.
Multiplicidad de escalas. Muchos sistemas son jerárquicos en el sentido de que cada elemento del sistema es un subsistema de un orden menor, y el propio sistema es un subsistema de un "suprasistema" de un orden mayor. El punto importante es que en muchos sistemas hay un fuerte acoplamiento entre los diferentes niveles y, por lo tanto, se debe analizar o gestionar el sistema en más de una escala simultáneamente. Sin embargo, los sistemas en diferentes niveles de escala tienen diferentes tipos de interacción, y diferentes ritmos característicos de cambio. Por lo tanto, es imposible tener una perspectiva única y correcta que abarque todo un sistema. La pluralidad y la incertidumbre son también características inherentes al comportamiento de los sistemas.
Incertidumbre irreductible. En los sistemas complejos surgen muchas fuentes de incertidumbre. Algunas son reductibles con más datos y con investigaciones complementarias, como la incertidumbre debida a la ignorancia (por falta de información, o por comprensión incompleta o inadecuada del sistema) y otras están vinculadas a los componentes aleatorios y azarosos que hay en todo proceso vivo (evidente en aquello que está relacionado con la naturaleza).

Abordaje sistémico de la realidad y de la virtualidad

El científico y pensador francés Joël de Rosnay fue el primero en hablar de "abordaje sistémico de la realidad”. El concepto surgió en la década de 1950, en el marco de lo que se consideró una revolución del saber: la transdisciplinariedad. Previamente, el saber estaba compartimentado. Rosnay explica su surgimiento de este modo: “La aproximación al conocimiento después de Descartes es una aproximación analítica. Pensamos que no podemos comprender la complejidad si no la despiezamos en pequeños trozos y los combinamos unos con otros. Ya sabemos que eso no funciona en la medida en que hay propiedades emergentes que nacen de la complejidad y la interactividad. Por eso fue preciso inventar una aproximación transversal, que nació efectivamente en los años 50 con la aproximación sistémica, la escuela de Palo Alto, y posteriormente el trabajo del Grupo de los Diez, en los años 70 y 80. “Se trataba de encontrar una metodología”, continúa explicando Rosnay, “que permitiese abordar la complejidad en su conjunto, sin reducirla a sus elementos propios. Se podría decir que la aproximación sistémica es una nueva metodología que permite organizar los conocimientos con vistas a una mayor eficacia de la acción. A esta aproximación se han sumado nuevas herramientas como la Teoría de los Gráficos, la Teoría del Caos, toda una serie de herramientas asociadas a las diferentes disciplinas. La biología ha jugado al respecto un papel catalizador y también la ecología, como ciencia integradora”. El científico refiere asimismo que “progresivamente se ha visto caer los fragmentos, pero también nacer la confusión. Porque cuando caen las barreras, llega la era de los generalistas. Es decir, de la gente que sabe un poco de todo, y que es capaz de saltar de una disciplina a otra sin tener en cuenta realmente las bases fundamentales de estas disciplinas. En el marco del Grupo de los Diez, siempre hemos preconizado una visión generalista a partir de las disciplinas: es a partir de ellas que el árbol se enraíza en la tierra y que puede, en su frondosidad, interconectar con otros árboles. Hoy, con la irrupción de las tecnologías de la comunicación interactiva, como Internet, esta aproximación adquiere una nueva dimensión. ¿Por qué? Porque estamos a un click de una base de datos o de cualquier sitio de Internet. En consecuencia, además de las disciplinas, de la interdisciplinariedad, de la pluridisciplinariedad o de la transdisciplinariedad, hay metodologías que no son sólo teóricas (descritas en los libros), sino vivientes en la red”. “Tomemos el ejemplo de Internet”, concluye Rosnay. “Se nos dice: ‘lo importante es la interactividad’. En absoluto: yo veo que, frente a sistemas de interactividad, los niños lo único que hacen es pulsar botones, como en una especie de juego, de diálogo estéril sin comprender lo que se les intenta explicar detrás de todo este mundo. Entonces la interactividad, en primera instancia, no es interesante. Lo que es interesante es el uso de la interactividad para crear colectivamente, lo que denomino la ‘intercreatividad’. En ella ya no se está conectado ‘a’ Internet, sino conectado ‘a través de’ Internet: son los cerebros que están detrás y es esta creatividad mutua la que puede, o no, expresarse. Y es la primera vez en la historia de la humanidad que eso se produce. ¿Por qué? Porque los dos sistemas interconmutables que existían anteriormente (el teléfono y el correo) no eran interconmutables por las personas. Con la Web, por primera vez, cada persona tiene potencialmente la capacidad de realizar una interconexión, una sinapsis de interconmutabilidad entre ella y los demás. El ‘cerebro interplanetario’ se complejiza gracias a los vínculos interconmutables y, esperemos, de la intercreatividad...”.

El emergente sistémico: Usando el poder de lo que emerge para potenciar la innovación social

por Margaret Wheatley y Debora Frieze

The Berkana Institute

A pesar de la publicidad y slogans actuales, el mundo no cambia a razón de una persona por vez. Va cambiando a medida que se van formando redes de relaciones entre personas que descubren que comparten una causa común y una visión de lo que es posible.

Estas son buenas noticias para aquellos de nosotros que intentamos cambiar el mundo y crear un futuro positivo. En vez de preocuparnos por la masa crítica, nuestro trabajo es promover conexiones críticas. No necesitamos convencer a un gran número de personas de que cambien; en vez de eso, necesitamos conectarnos con almas gemelas. A través de estas relaciones desarrollaremos el nuevo conocimiento, prácticas, valor y compromiso que nos guíen hacia un cambio de base amplia. Pero las redes no son toda la historia. Mientras que las redes crecen y se transforman en comunidades de práctica activas, descubrimos cómo es que realmente cambia la vida, y es a través de lo emergente. Cuando los esfuerzos locales y separados se conectan unos con otros como redes, y se fortalecen como comunidades de práctica, de manera súbita y sorprendente emerge un nuevo sistema a un nivel de escala superior. Este sistema de influencia posee cualidades y capacidades que eran desconocidas en los individuos. No es que estaban ocultas; simplemente no existen hasta que emerge el sistema. Son propiedades del sistema, no de los individuos, pero una vez que surgen, los individuos las poseen. Y el sistema que emerge siempre tiene mayor poder de influencia que el que es posible lograr a través de un cambio incremental planificado. Lo emergente es la forma en que la vida crea el cambio radical y lleva las cosas a escalas superiores.

Desde su creación en 1992, el Instituto Berkana ha estado experimentando con el ciclo de vida de lo emergente: cómo los sistemas vivientes empiezan como redes, cambian a comunidades intencionales de práctica y evolucionan a sistemas poderosos, capaces de ejercer una influencia global. Mediante nuestro trabajo con comunidades en muchas naciones diferentes, estamos aprendiendo lo que es posible cuando conectamos personas a través de las diferencias y la distancia. Aplicando estas lecciones de los sistemas vivos y trabajando intencionalmente con lo emergente y su ciclo de vida, estamos demostrando cómo es que la innovación social local se puede escalar y proporcionar soluciones a muchos de los problemas insolubles del mundo, –como la salud comunitaria, la sustentabilidad ecológica y la autosuficiencia económica-.

¿Por qué necesitamos entender a las redes?

Los investigadores y activistas sociales están empezando a descubrir el poder de las redes y el poder del trabajo en redes. Y existe un reconocimiento creciente a la idea que las redes son la nueva forma de organización. La evidencia de redes auto-organizadas está por todos lados: desde los activistas sociales y los grupos de interés basados en la web hasta grupos terroristas y pandillas callejeras. Si bien ahora las vemos por todos lados, no es porque sean una nueva forma de organización. Es porque nos hemos quitado las anteojeras del viejo paradigma que buscan jerarquía y mecanismos de control, creyendo que la organización sólo ocurre a través de la voluntad humana y la intervención. Las redes son la única forma de organización que usan los sistemas vivos en este planeta. Estas redes resultan de la auto-organización: los individuos o las especies reconocen su interdependencia y se organizan en formas que apoyan la diversidad y viabilidad de todos. Las redes crean las condiciones para la emergencia, que es la forma en que cambia la vida. Como las redes son el primer estadio en emerger, es esencial que comprendamos su dinámica y cómo se desarrollan en comunidades y, luego, en sistemas. Sin embargo, mucho del trabajo actual en redes muestra un sesgo del viejo paradigma. En un análisis de redes sociales las representaciones físicas de la red se crean mapeando las relaciones. Esto es útil para convencer a las personas de que las redes existen. A menudo, quedan fascinadas al poder visualizar la red. Otros analistas designan las funciones desempeñadas por distintos miembros de la red o establecen distinciones entre las diferentes partes de la red, tales como el núcleo y la periferia. Tal vez no sea la intención de estos investigadores, pero su trabajo es frecuentemente utilizado por líderes para manipular la red y usarla de una forma tradicional y controladora. Lo que falta en estos análisis es una exploración de las dinámicas de las redes:

• ¿Por qué se forman las redes? ¿Cuáles son las condiciones que favorecen su creación?

¿Qué mantiene a una red viva y creciendo? ¿Qué mantiene a los miembros conectados?

¿Qué tipo de liderazgo se requiere?

¿Por qué las personas se convierten en líderes?

¿Qué tipo de liderazgo interfiere o destruye la red?

¿Qué sucede después de que se forma una red saludable? ¿Qué sigue?

Si entendemos estas dinámicas y el ciclo de vida de lo emergente ¿qué podemos hacer como líderes, activistas y emprendedores sociales para promover intencionalmente la emergencia?

¿Qué es la emergencia?

La emergencia rompe tantos de nuestros supuestos occidentales sobre cómo sucede el cambio, que con frecuencia lleva mucho tiempo poder comprenderlo. En la naturaleza el cambio nunca sucede como resultado de planes estratégicos preconcebidos de arriba hacia abajo, o por el mandato de algún jefe o individuo. El cambio empieza a medida que acciones locales brotan simultáneamente en muchas aéreas diferentes. Si estos cambios permanecen desconectados, no pasa nada más allá de cada localidad. Sin embargo, cuando se conectan, las acciones locales pueden emerger como un sistema poderoso, con influencia a un nivel más global o amplio. (Global en este caso significa a mayor escala y no necesariamente en todo el planeta). Estos fenómenos emergentes poderosos aparecen de manera súbita y sorprendente. Pensemos en cómo cayó de pronto el Muro de Berlín, cómo terminó la Unión Soviética, cómo el poder corporativo llegó a dominar a escala global. En cada caso, hubo muchas acciones y decisiones locales, la mayoría de las cuales fueron invisibles y desconocidas las unas para las otras, y ninguna de las cuales era lo suficientemente poderosa por sí misma para crear el cambio. Pero cuando estos pequeños cambios locales se unieron, surgió un nuevo poder. Lo que no se pudo lograr a través de la diplomacia, la política, las protestas o las estrategias, de pronto sucedió. Y cuando cada uno se materializó, la mayoría de nosotros nos sorprendimos. Los fenómenos emergentes siempre tienen estas características: ellos ejercen mucho más poder que la suma de sus partes; siempre poseen capacidades nuevas, diferentes de las locales que los engendraron; siempre nos sorprenden con su aparición. Es importante notar que la emergencia siempre resulta en un sistema poderoso que tiene muchas más capacidades que las que se pudieron haber predicho analizando las partes individuales. Vemos esto en el funcionamiento de los insectos sociales como las abejas y las termitas. Ninguna de las hormigas tiene individualmente la inteligencia o las habilidades que se encuentran en la colonia. Sin importar cuán intensamente los científicos estudien del comportamiento individual de las hormigas, nunca ven el comportamiento del colectivo. Aún así, cuando se forma la colonia, cada hormiga actúa con la inteligencia y habilidad del todo. Este aspecto de lo emergente tiene profundas implicaciones para los emprendedores sociales. En lugar de desarrollarlos individualmente como líderes y practicantes habilidosos, haríamos mejor en conectarlos con otros afines y crear las condiciones para la emergencia. Las habilidades y capacidades que necesitan serán encontradas en el sistema que emerge y no en mejores programas de capacitación. Debido a que la emergencia sólo ocurre a través de las conexiones, Berkana ha desarrollado un modelo en cuatro fases que cataliza las conexiones como un medio para lograr el cambio a gran escala: Nombra, Conecta, Nutre, Ilumina (ver apéndice). Nos enfocamos en descubrir esfuerzos pioneros y nombrarlos como tales. Luego conectamos estos esfuerzos con otros trabajos similares a nivel global. Nutrimos esta red de muchas formas, pero principalmente a través de la creación de oportunidades para aprender, de compartir experiencias, y virando hacia comunidades de práctica. También iluminamos estos esfuerzos pioneros para que muchas personas puedan aprender de ellos. Estamos intentando trabajar de manera intencional con lo emergente para que los esfuerzos locales puedan convertirse en una fuerza global por el cambio.

El ciclo de vida de lo que emerge

Fase 1: Redes

Vivimos en un tiempo en que las coaliciones, alianzas y redes se están conformando en los medios para crear cambio social. Cada vez hay más redes y, ahora, también hay redes de redes. Estas redes son esenciales para que las personas encuentren a otros con ideas semejantes, la primera fase en el ciclo de vida de lo emergente. Es importante notar que las redes son sólo el principio. Se basan en el interés propio: las personas generalmente se enredan para su propio beneficio y para desarrollar su propio trabajo. Las redes tienden a tener una membresía fluida; la gente entra y sale de ellas según cuánto se benefician por participar.

Fase 2: Comunidades de práctica

Las redes hicieron posible que la gente encuentre a otros involucrados en un trabajo similar. La segunda fase de la emergencia es el desarrollo de comunidades de práctica (CdeP). Muchas de las comunidades más pequeñas e individualizadas pueden surgir a partir de una red robusta. Las CdeP también se auto-organizan. La gente comparte un trabajo común y se da cuenta de que existe un gran beneficio al estar en relación. Utilizan a esta comunidad para compartir lo que saben, para apoyarse unos a otros y para crear intencionalmente nuevo conocimiento para su campo de práctica. Estas CdeP difieren de las redes en formas significativas. Son comunidades, lo que significa que las personas se comprometen a estar los unos para los otros; no participan sólo para sus propias necesidades sino para servir a las necesidades de los otros. En una comunidad de práctica, el foco se expande más allá de las necesidades del grupo. Hay un compromiso intencional de avanzar el campo de su práctica y de compartir sus descubrimientos con un auditorio mayor. Ellos ponen sus recursos y conocimiento al alcance de cualquiera, especialmente de los que hacen un trabajo relacionado con el suyo. La velocidad en que las personas aprenden y crecen en una comunidad de práctica es notable. Las buenas ideas se mueven rápidamente entre los miembros. Nuevos conocimientos y prácticas se implantan rápidamente. La velocidad a la que ocurre el desarrollo y el intercambio de conocimiento es crucial, porque las regiones locales y el mundo necesitan este conocimiento y sabiduría ahora.

Fase 3: Sistemas de influencia

La tercera fase en la emergencia nunca se puede predecir. Es la aparición repentina de un sistema que tiene poder e influencia real. Los esfuerzos pioneros que sucedieron en la periferia, de pronto, se convierten en la norma. Las prácticas desarrolladas por comunidades audaces se convierten en el estándar aceptado. La gente ya no vacila en adoptar estos enfoques y métodos, y los aprenden rápidamente. Los debates sobre políticas y financiamiento ahora incluyen las perspectivas y experiencias de estos pioneros. Ellos se convierten en líderes en su campo y son reconocidos como los guardianes de la sabiduría en su tema particular. Y los críticos que dijeron que nunca se podría hacer, de pronto se convierten en sus principales partidarios (muchas veces diciendo que “esto” lo sabían desde antes). La emergencia es la explicación científica fundamental de cómo los cambios locales pueden materializarse en sistemas globales de influencia. Como teoría del cambio ofrece métodos y prácticas para lograr los cambios a lo ancho del sistema, tan necesarios en esta época. Como líderes y comunidades de personas interesadas, necesitamos trabajar de manera intencional con lo emergente, de tal manera que nuestros esfuerzos resulten en un futuro promisorio. No importa qué otras teorías de cambio hayamos aprendido o favorecido: la emergencia es la única manera en la que realmente ocurre el cambio en este planeta. Y esta es una muy buena noticia.

Apéndice

Acerca de Berkana y las cuatro fases para desarrollar el liderazgo en comunidad

Berkana trabaja con líderes y comunidades pioneras, utilizando un enfoque de cuatro fases. Esto ha evolucionado como resultado de nuestro entendimiento de cómo los sistemas vivos crecen y cambian y de años de práctica y experimentación.

I. Nombrar

Los líderes pioneros actúan en aislamiento, sin la conciencia de que su trabajo tiene un valor más amplio. Están demasiado ocupados para pensar en extender su trabajo y son demasiado humildes para pensar que otros se pueden beneficiar de él. El primer acto de Berkana es reconocerlos como pioneros con experiencias que son valiosas para otros.

II. Conectar

La vida crece y cambia a través de la fuerza de sus conexiones y relaciones. (En la naturaleza, si un sistema no es sano, la solución es conectarlo más consigo mismo). Berkana crea conexiones de muchas maneras diferentes. Diseñamos y facilitamos reuniones comunitarias. Somos anfitriones de redes en las que las personas pueden intercambiar ideas y recursos. Nuestra tecnología colaborativa apoya a comunidades de práctica a través de sitios web dedicados, conferencias en línea, conversaciones asíncronas y conocimiento co-creado.

III. Nutrir

Las comunidades de práctica necesitan de muchos recursos diferentes: ideas, mentores, procesos, tecnología, equipamientos, dinero. Cada uno es importante, pero sobre todos ellos están el aprendizaje y el conocimiento: saber qué técnicas y procesos funcionan bien, y aprender de la experiencia a medida que la gente trabaja. Berkana provee muchas de estas fuentes de alimento, pero cada vez más, encontramos que el sustento más significativo viene de las interacciones e intercambios de los propios líderes pioneros. Ellos necesitan y desean compartir sus prácticas, experiencias y sueños. Crear oportunidades para que la gente aprenda junta se ha convertido en nuestra forma principal de nutrir sus esfuerzos.

IV. Iluminar

Es difícil para cualquier persona ver un trabajo basado en un paradigma diferente. Si la gente nota este trabajo, a menudo se lo describe como desviaciones inspiradoras de la norma. A la gente le lleva tiempo y atención ver los diferentes enfoques como lo que son: ejemplos de cómo podría ser un mundo nuevo. La comunidad de Berkana publica artículos, cuenta nuestras historias en conferencias y son anfitriones de jornadas de aprendizaje en las que la gente visita esfuerzos pioneros, aprende de ellos de manera directa y desarrolla relaciones duraderas.