Virtud

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Definición RAE

1. Integridad de ánimo y bondad de vida.

2. Disposición de la persona para obrar de acuerdo con determinados proyectos ideales como el bien, la verdad, la justicia y la belleza.

3. Acción virtuosa o recto modo de proceder.

El término proviene del latín virtus, que implica el dominio de uno mismo al servicio del bien común.

La virtud es una cualidad moral y espiritual que orienta a la persona a actuar conforme al bien. Se trata de una disposición constante del carácter que impulsa a obrar con rectitud, equilibrio y sabiduría por convicción interior. En su sentido más amplio, la virtud es una fuerza activa del espíritu que perfecciona la conducta humana.

La persona virtuosa actúa de modo íntegro; su conducta no depende del reconocimiento externo, sino del compromiso con su conciencia y sus principios.

La virtud es un valor moral cultivable a través de la práctica cotidiana, la reflexión crítica y el compromiso con el bien.

En la filosofía griega, el concepto de virtud designaba la excelencia de cada ser al cumplir su función del mejor modo posible. Sócrates sostenía que la virtud es conocimiento: quien comprende el bien, inevitablemente lo elige. Platón la entendía como la armonía entre razón, voluntad y deseo, mientras que Aristóteles la definió como el justo medio entre dos extremos: el exceso y la carencia.

Aristóteles también distinguió virtudes morales (relacionadas con la conducta, como la justicia o la veracidad) y virtudes intelectuales (como la sabiduría o la prudencia). Para él, la virtud no era un acto aislado, sino un hábito deliberado que conduce a la felicidad: la plenitud de vivir conforme a la razón y al bien.

Durante la Edad Media, el cristianismo integró la tradición clásica con la dimensión espiritual. De este modo surgieron las dos grandes categorías que estructuran el pensamiento moral: las virtudes cardinales y las teologales.

Virtudes cardinales

Son las virtudes fundamentales de la vida ética, que representan el equilibrio moral necesario para una vida recta, guiada por la razón y el autocontrol.

●     Prudencia: capacidad de discernir el bien y actuar en consecuencia.

●     Justicia: voluntad constante de dar a cada uno lo que le corresponde.

●     Fortaleza: firmeza para afrontar las dificultades y resistir el miedo.

●     Templanza: moderación en el uso de los placeres y los deseos.

Virtudes teologales

Propias de la tradición cristiana, orientan la conducta hacia lo trascendente. Estas virtudes integran la dimensión espiritual del ser humano.

●     Fe: adhesión firme a la verdad divina, incluso sin evidencia material.

●     Esperanza: confianza en las promesas y el sentido del bien último

●     Caridad: amor desinteresado a Dios y al prójimo, expresado en la generosidad y la compasión.

Beneficios de la virtud

●     Promueve la autonomía moral al decidir conforme a principios firmes.

●     Brinda equilibrio emocional ante la incertidumbre y los conflictos.

●     Da sentido de propósito al orientar hacia metas trascendentes y constructivas.

●     Produce confianza social, ya que hay una coherencia entre palabra y acción.

●     Fomenta justicia y equidad al basarse en decisiones éticas.

●     Construye una cultura del ejemplo con líderes que inspiran con integridad.

●     Promueve el bien común, ya que da forma a sociedades más cooperativas.


Para más información:

-      Virtudes cardinales