Liderazgo

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En los grupos, en los barrios, en la escuela y en las comunidades siempre hay alguien que destaca o porque toca un instrumento, o es un bailarín, o es un buen deportista, o es muy estudioso, o tiene un gran poder de convocatoria para organizar reuniones, o por alguna otra característica. Esa persona suele ser un referente. Y, eventualmente, puede influir en los demás para realizar alguna actividad o cambiar su manera de ver el mundo. Esto ocurre normalmente en cualquier dinámica en la que intervienen las personas.

Esas personas que se convierten en referentes e influyen en los demás son admitidos, explícita o implícitamente, como líderes. De hecho, ejercen un poder y lo administran sea para su propia conveniencia sea para favorecer al grupo que los acoge y al que representan, sea para cumplir con ambos objetivos.

¿Qué distingue a un líder?

Existen diferentes definiciones de lo que es un líder. En el prólogo al libro Leaders of the Future (The Drucker Foundation, 1996) Peter Drucker sostiene que hay cuatro elementos en común que él ha encontrado en los líderes que ha conocido o ha observado y que han sido o son eficaces: tienen seguidores; sus seguidores hacen las cosas correctas; esos líderes son un ejemplo; ellos entienden que su liderazgo es una responsabilidad y no una cuestión de rango, privilegios, títulos o dinero. A pesar de las diferencias de personalidad, estilo, habilidades e intereses se trata de personas que se han comportado siguiendo un patrón similar. En este sentido, se han preguntado qué se necesita hacer y no qué quiero hacer yo; igualmente, se han preguntado qué puedo hacer yo para establecer una diferencia; se preocupan por la perfomace y los resultados de su organización; son tolerantes con las personas salvo cuando se trata de perfomance, estándares y valores; no tienen temor de las fortalezas de los asociados con los que se vinculan; no se limitan a predicar sino que hacen lo que predican para los demás.
Kouzes y Posner (The Leadership Challenge, San Francisco, 1997) distinguen cinco prácticas para ejercer liderazgo: desafiar los procesos; inspirar una visión compartida; alentar a otros a actuar; modelar el camino con su propia práctica; animar a los corazones de los seguidores, reconociendo su contribución.
Para Joan Ginebra (El liderazgo y la acción, Serie McGraw-Hill, Colombia, 1997) los líderes no necesariamente tienen éxito; distingue entre liderar y dirigir. En este sentido liderar es «mover» o arrastrar a una sociedad, o a una organización (p.5), y ello se puede lograr sin la necesidad de dirigirla. Introduce la idea de que se puede liderar desde afuera del control o el poder.
A partir de muchos de los elementos trabajados por estudiosos del tema de liderazgo, estableceremos las principales características que distinguen a los líderes:
poseer una visión de largo plazo (miran el horizonte);
un ascendiente o influencia en un entorno que va más allá de su institución;
una sensación de inconformidad con lo que ocurre y una voluntad de cambiar, cuando menos, su entorno inmediato.
Si no se poseen estas tres condiciones, difícilmente alguien podrá ejercer un liderazgo legítimo.

¿Qué tan profunda es la huella de un líder o su impronta en los demás?

La idea o mensaje de un líder puede modificar parcial o limitadamente una concepción o una práctica; o lo puede hacer radicalmente, trasformando la concepción del mundo, los hábitos y la práctica misma
Por lo general, las nuevas ideas se ofrecen a un mundo en el que hay otras ideas dando vueltas, que también pretenden gobernar o inducir. Por ello, un cambio radical en los individuos será más difícil. No obstante, transformaciones parciales que se van sucediendo en el tiempo pueden provocar al cabo de un ciclo, de un período, la alteración sustancial de la práctica de los individuos de una sociedad. La profundidad de una idea se medirá por su longevidad y extensión; por el tiempo en que tiene vigencia y por las poblaciones que la admiten y ejercen.

Líderes sociales

El líder social es alguien que tiene una visión comprometida con el mejoramiento continuo y compartido de la sociedad en la que vive, y que actúa desde diversas posturas como promotor de cambios sociales continuos.
Es quien, ejerciendo su liderazgo, participa en su grupo social para contribuir a una mejora de la calidad de vida y fomentar la integración mediante acciones surgidas de la reflexión y toma de conciencia de su responsabilidad en el cambio de una realidad. Está más orientado a manejar horizontes y grandes metas y es capaz de crear la motivación necesaria, estableciendo sintonía directa con personas, grupos y organizaciones, para ponerlos en movimiento hacia las mismas.
Puede desempeñar un liderazgo personal o compartido, eligiendo asociarse a alguna actividad o grupo con la intención de participar directamente en la solución de problemas sociales, teniendo como herramientas: conocimientos y destrezas, la creencia en una sociedad más justa con oportunidades para todos y la motivación solidaria de ayudar a otros a ayudarse.
El líder social no nace ni se hace, asume esa opción y esa responsabilidad. El punto de partida para transformarse en líder social es la inconformidad con una realidad, y su voluntad para cambiar cuando menos su entorno inmediato.
Pero un líder social sin algún grado de capacidad y visión gerencial encontrará serias dificultades, en el corto o mediano plazo, para llevar adelante su tarea o deberá depender fuertemente para ello del equipo que lo acompaña. Por tanto, liderazgo y gerencia actúan como dos polos dinámicos que modelan el accionar de los líderes sociales.

Liderazgo estructural y liderazgo funcional

El liderazgo estructural se ocupa de la marcha del día a día de las operaciones de la organización, velando por el cumplimiento de la burocracia y los rituales que facilitan que la organización funcione correctamente, mientras que el liderazgo funcional debe ocuparse de que se cumplan los objetivos establecidos a partir de desarrollar los productos, servicios, programas y acciones que ya están planificados y que forman parte del plan de negocios de la organización. Ambos estilos de liderazgo puedan complementarse y no rivalizar entre sí, ya que muchas veces deben ser ejercidos por personas que tienen diferentes jerarquías, roles y funciones dentro de la organización. La capacitación para el trabajo en equipo y la creación de dominios organizacionales más allá del organigrama formal de la organización, favorecen esta complementación.

8 formas de desarrollar tus habilidades de liderazgo

  1. Emprende nuevos proyectos.
  2. Aprende a delegar.
  3. Conoce la situación.
  4. Inspira a otros.
  5. Sigue aprendiendo.
  6. Resuelve los conflictos.
  7. Escucha con perspicacia.
  8. Pon en práctica la disciplina.

¿Cómo crece un líder?

  • Ejerciendo su liderazgo personal y conociéndose a sí mismo.
  • Practicando una comunicación clara y eficaz, escuchando a su equipo.
  • Teniendo pasión por su trabajo.
  • Asumiendo sus errores y aprendiendo de ellos.

Habilidades y competencias para ser un buen líder

Un líder se forma con el tiempo y la experiencia. Aprender a serlo depende de la disciplina, el compromiso y el trabajo personal. Ahora bien, ¿qué cualidades hacen destacar a un buen líder? A continuación, un breve listado de las más importantes.

  • Autodirección. Tomar las riendas de la propia vida y dirigir el camino hacia las metas personales y el proyecto vital, en coherencia con el propósito individual.
  • Inspiración. Mostrar la mejor versión de uno mismo y servir como ejemplo positivo para los demás en distintos ámbitos de la vida.
  • Desarrollo constante.8 f Buscar la superación personal y profesional en todas las dimensiones de la existencia.
  • Autonomía. Liderar desde la influencia y la capacidad de inspirar y motivar, más que desde la autoridad formal.
  • Motivación. Motivar al equipo para alcanzar los objetivos establecidos y fomentar un ambiente de confianza, colaboración y crecimiento. Para ello, es clave reforzar las relaciones, trabajar en conjunto y alentar a pedir ayuda cuando sea necesario.
  • Desarrollo del equipo. Además de su propio crecimiento, un buen líder impulsa el desarrollo de los demás. Puede hacerlo brindando formación, ofreciendo críticas constructivas o transformando los errores en oportunidades de aprendizaje.
  • Habilidades comunicativas. La comunicación es esencial para el éxito. Debe ser clara, debe directa y eficaz. Escuchar atentamente, pedir opiniones y responder con honestidad fortalece los vínculos y la confianza.
  • Inteligencia emocional y empatía. La capacidad de reconocer, expresar y gestionar las emociones es fundamental. Un líder empático comprende los sentimientos de los demás, mide el impacto de sus palabras y responde con calma ante los conflictos.
  • Resolución de conflictos. Un buen líder sabe resolver problemas y acompañar a su equipo para que también lo haga. Afronta las situaciones difíciles con equilibrio y busca soluciones constructivas
  • Respeto y flexibilidad. Mantener una actitud positiva y respetuosa es clave para generar confianza y buenas dinámicas grupales. Escuchar, valorar las opiniones de los demás y reconocer los logros son actitudes que fortalecen al equip
  • Desarrollo personal. Participar en conferencias, talleres o cursos impulsa el crecimiento personal y profesional, lo que se refleja en el desempeño del equipo.
  • Pensamiento estratégico. Un líder fomenta el pensamiento estratégico entre las personas a su cargo, por ejemplo, mediante brainstorming o la priorización de tareas. Ambas son herramientas que favorecen el avance colectivo.
  • Escucha activa. Prestar atención, comprender las diferentes perspectivas y organizar reuniones para favorecer el diálogo son prácticas que fortalecen la empatía y la cohesión del grupo.
  • Delegación de tareas. Delegar permite desarrollar nuevas habilidades en el equipo y demuestra confianza.
  •  Responsabilidad. Delegar no implica desentenderse. Un líder responsable acompaña, asume resultados y transforma los errores en oportunidades de mejora.
  •  Influencia. Ser un ejemplo a seguir e inspirar a los demás para que enfrenten nuevos retos y alcancen sus metas.
  • Conducta ejemplar. Un líder respetado actúa con coherencia, integridad y ética frente a su equipo.
  • Gestión del cambio: creatividad e innovación. Un buen líder crea un entorno motivador, que fomenta la creatividad e innovación. Da libertad parar explorar alternativas y contribuir a la mejora continua de la organización.
  • Proactividad. Un l8 fíder proactivo no espera a que las cosas sucedan: busca oportunidades, se anticipa a los problemas, propone soluciones y moviliza al equipo hacia la acción.
  • Liderar desde dentro. Guiar desde la autenticidad y el autoconocimiento implica ejercer la influencia desde los valores personales, la coherencia y el ejemplo, más que desde la autoridad o el cargo.
  • Colaboración. Trabajar junto a los demás de manera abierta y solidaria, fomentando el trabajo en equipo, compartiendo responsabilidades y valorando los aportes de cada miembro.
  • Determinación. Actuar con determinación ante la incertidumbre o la adversidad supone tomar decisiones difíciles, defender convicciones y mantener la calma en los momentos críticos,
  • Enfoque. Un líder enfocado prioriza con claridad, evita dispersarse y ayuda a su equipo a avanzar con dirección y sentido, manteniendo la atención en lo esencial y orientando los esfuerzos hacia los objetivos estratégicos.

Ocho roles y estrategias de liderazgo

Los roles esenciales del liderazgo ayudan a superar los obstáculos que dificultan el trabajo en equipo.

1.   Inspirar confianza.

2.   Crear una visión.

3.   Ejecutar la estrategia

4.   Cultivar y mantener una cultura corporativa sólida.

5.   Invertir en la contratación y retención del talento.

6.   Formar y desarrollar a los colaboradores

7.   Identificar y entrenar nuevos líderes.

8.   Mejorar y promover la experiencia de los empleados.

Diferencia entre un jefe y un líder

  • Un jefe se centra en la autoridad y el control, utilizando su posición jerárquica para establecer reglas y garantizar la obediencia.
  • Un líder inspira, guía e influye en los demás para alcanzar un objetivo común.

Para más información

- Los desafíos de los nuevos liderazgos

- Nuevos liderazgos