Originalidad
| Definición RAE
1. Cualidad de original. 2. Actitud, comportamiento o acción originales (que tienen carácter de novedad). |
El término proviene del latín orīginālis, que a su vez deriva de orīgo, que significa "origen", "comienzo" o "principio". Está formado por la raíz origin- (relativa al inicio de algo) y el sufijo -alis, que indica pertenencia o relación. Por lo tanto, original alude a aquello que está vinculado al origen o que conserva una relación directa con el punto de partida de algo.
La originalidad se refiere a aquello que surge directamente de la creatividad de su autor, sin copiar ni replicar lo preexistente. Es una cualidad que permite a una persona o a una creación destacarse por su carácter único, innovador y auténtico.
Más allá de su definición formal, la originalidad está profundamente ligada a la identidad, la libertad de pensamiento y la capacidad de aportar algo nuevo al mundo.
Entendida como valor, implica la decisión consciente de actuar o crear desde lo propio, sin depender exclusivamente de lo ya establecido. Ser original es ser auténtico, con pensamiento propio y apertura al riesgo creativo. No se trata de forzar la extravagancia, sino de tener el coraje de expresar una mirada singular, genuina, distinta.
La originalidad no se limita al arte. Es fundamental en todos los campos donde se requiera aportar ideas, resolver problemas o construir proyectos con identidad propia: desde la ciencia hasta el diseño, desde la comunicación institucional hasta el desarrollo de productos, desde la educación hasta el liderazgo político.
En el plano filosófico, Walter Benjamin sostuvo que toda obra original posee un aura: una unicidad irrepetible ligada a su contexto, su historia y su autor. Aunque pueda replicarse técnicamente, la obra original mantiene un valor simbólico y existencial que la distingue. Esa noción se aplica tanto a las obras de arte como a las personas.
Es un error común confundir originalidad con ocurrencia superficial o con improvisación desordenada. La verdadera originalidad, incluso en sus formas más espontáneas, suele basarse en un conocimiento profundo, una búsqueda consciente y un trabajo constante.
Cultivar la originalidad es una forma de contribuir al mundo con lo que solo uno puede ofrecer. Implica riesgo, pero también satisfacción, impacto y evolución porque solo lo original —en el arte, en la ciencia, en la política, en la vida— puede abrir caminos nuevos y transformar lo existente.
Beneficios de la originalidad
- Estimula el pensamiento lateral, la generación de ideas nuevas y la capacidad de encontrar soluciones innovadoras a problemas complejos.
- Ser original implica cuestionar lo dado, desafiar lo obvio y construir opiniones propias. Es un antídoto contra la pasividad mental y el conformismo.
- Implica conocerse, confiar en uno mismo y actuar con autenticidad.
- Permite destacarse, aportar valor y construir una marca personal o profesional reconocible.
- Cuando se canaliza en un entorno colaborativo, la originalidad individual, nutre al grupo y lo ayuda a salir de patrones repetitivos o estancados.
- Las personas originales suelen estar más abiertas al cambio, al aprendizaje constante y a la exploración de nuevas posibilidades.