Capitalismo salvaje
El Capitalismo salvaje no es otra cosa que el lucro por el lucro en sí mismo, que da nacimiento a una nueva categoría: el homo economicus, olvidando de esta forma los fundamentos y los postulados con los que fue creado el pensamiento del sistema capitalista por sus fundadores. Es un extremismo del lucro, que implica la responsabilidad fiduciaria de maximizar los intereses de los accionistas y, en consecuencia, minimizar los costos con el problema de las externalidades que ello conlleva. Estas externalidades son laborales, sociales y también ambientales, afectando a la democracia y a la transparencia. Las externalidades se generan todo el tiempo y se profundizan, provocando efectos acumulativos que los Estados no pueden solucionar y la falsa expectativa de que sea el sector público el que las resuelva. La lógica de intentar resolverlas desde la legislación y la reglamentación ha dado muy pocos resultados.
El sistema de competitividad también se ve afectado por una legitimización del pago de coimas. En muchos países como Alemania, estaba permitido deducir de los impuestos los regalos o las coimas que se pagaban a los funcionarios de los países en vías de desarrollo para obtener prebendas y ventajas en el momento de hacer negocios.