Evolución
Evolución
Según el diccionario de la Real Academia Española, evolución es la acción y efecto de desarrollarse o de transformarse las cosas pasando gradualmente de un estado a otro. Cualquier movimiento, cambio o transformación, mudanza de conducta, de propósito o de actitud se considera “evolución”.
En el marco de la biología, la “Teoría de la evolución humana” (u hominización) se refiere al proceso de evolución de la especie humana, desde sus ancestros hasta el estado actual, y la considera como un conjunto de transformaciones o cambios a través del tiempo que ha originado la diversidad de formas de vida (seres vivos) que existen sobre la Tierra a partir de un antepasado común. La teoría explica cómo se han originado los unos de los otros por descendencia y cambios más o menos graduales y continuos a lo largo del tiempo.
Los científicos han estimado que las líneas evolutivas de los seres humanos y de los chimpancés se separaron hace unos 5 a 7 millones de años. A partir de esta separación la estirpe humana siguió ramificándose originando nuevas especies, todas extintas actualmente a excepción del Homo sapiens.
La palabra evolución para describir tales cambios fue aplicada por primera vez en el siglo XVIII por el biólogo suizo Charles Bonnet [1] en su obra Consideration sur les corps organisés. No obstante, el concepto de que la vida en la Tierra evolucionó a partir de un ancestro común ya había sido formulado por varios filósofos griegos, y la hipótesis de que las especies se transforman continuamente fue postulada por numerosos científicos de los siglos XVIII y XIX, a los cuales Charles Darwin[2] citó en el primer capítulo de su libro El origen de las especies. Sin embargo, fue el propio Darwin, en 1859, quien sintetizó un cuerpo coherente de observaciones que consolidaron el concepto de la evolución biológica en una verdadera teoría científica.
La evolución como una propiedad inherente a los seres vivos, actualmente no es materia de debate entre la comunidad científica relacionada con su estudio.
Los mecanismos que explican la transformación y diversificación de las especies, en cambio, se hallan todavía bajo intensa investigación. En 1858, Charles Darwin y Alfred Russel Wallace[3], dos naturalistas, propusieron en forma independiente que la selección natural es el mecanismo básico responsable del origen de nuevas variantes genotípicas y, en última instancia, de nuevas especies.
Actualmente, la teoría de la evolución combina las propuestas de Darwin y Wallace con las leyes de Mendel y otros avances posteriores en la genética, por eso se la denomina síntesis moderna o “teoría sintética”.
La teoría sintética recibe en la actualidad una aceptación general de la comunidad científica, aunque también algunas críticas. Ha sido enriquecida desde su formulación, en torno a 1940, gracias a los avances de otras disciplinas relacionadas, como la biología molecular, la genética del desarrollo y la paleontología. Actualmente se continúan elaborando hipótesis sobre los mecanismos del cambio evolutivo basándose en datos empíricos tomados de organismos vivos.