Diferencia entre revisiones de «Pragmatismo»
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Revisión actual del 18:15 7 ago 2025
| Definición RAE:
1. Preferencia por lo práctico o útil. 2. Movimiento iniciado en los Estados Unidos por C. S. Peirce y W. James a fines del siglo XIX, que busca las consecuencias prácticas del pensamiento y pone el criterio de verdad en su eficacia y valor para la vida. |
El pragmatismo es una corriente filosófica que propone una ética de la acción concreta. Su premisa fundamental es que la verdad de una idea debe medirse por sus consecuencias prácticas y su utilidad en la vida real. Las ideas deben evaluarse según su capacidad de generar resultados, no por su fidelidad a esquemas ideales.
Esta visión implica un enfoque dinámico, donde las verdades pueden cambiar si se comprueba que existen ideas más eficaces. El conocimiento es, así, provisional, perfectible y orientado a la acción.
El pragmatismo marcó una ruptura con los modelos racionalistas y metafísicos clásicos. Charles Sanders Peirce sostuvo que el significado de un concepto debe entenderse a partir de sus efectos prácticos. William James profundizó esta visión al afirmar que una idea es verdadera si “resulta útil creer en ella”. En este enfoque, la validez de una idea no depende de su coherencia interna o elegancia teórica, sino de su capacidad para resolver problemas reales.
Este criterio ha impactado profundamente en múltiples disciplinas: educación, política, ética, derecho y psicología, entre otros.
Pragmatismo como actitud vital
El pragmatismo practicado implica no perderse en especulaciones abstractas ni en dilemas sin salida y enfocarse en lo que funciona. No se trata de renunciar a los principios o a la reflexión, sino de ponerlos al servicio de la realidad, como herramientas, no como dogmas.
Esta es una actitud ante la vida, ya que las personas pragmáticas resuelven problemas con lo que tienen a mano. No se paralizan frente a la falta de condiciones óptimas ni esperan soluciones perfectas. Prefieren lo factible frente a lo ideal, lo útil frente a lo teórico.
Esta conducta se manifiesta cotidianamente: quien toma decisiones con base en lo que puede ejecutar, no en lo que debería suceder en un mundo perfecto; o quien prioriza herramientas funcionales por encima de objetos estéticos, pero inútiles.
Lejos del cortoplacismo o la improvisación, el pragmatismo bien entendido promueve una racionalidad aplicada, que transforma la reflexión en acción y construye soluciones sostenibles. En este sentido, es un puente entre lo deseable y lo posible.
Beneficios del pragmatismo
- Permite actuar con rapidez y precisión en contextos complejos, priorizando lo que da resultados.
- Al no aferrarse a esquemas rígidos, una persona o institución pragmática puede ajustar su rumbo ante nuevos desafíos sin perder coherencia.
- En lugar de idealizar problemas, se concentra en resolverlos con los recursos disponibles.
- Al centrarse en los resultados concretos, se minimiza la confrontación estéril entre posturas ideológicas o dogmáticas.
- Al valorar lo que funciona, favorece la experimentación y la mejora continua.
- Promueve una ética operativa, donde los principios se concretan en acciones eficaces y transformadoras.