Diferencia entre revisiones de «Principios humanos universales»

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Revisión del 21:10 23 mar 2021

Principio viene del latín principium. En su acepción primaria, principio es lo que está al inicio de algo: 'comienzo, primera parte, parte principal', a su vez derivado de prim – 'primero, en primer lugar' y cap 'tomar, coger, agarrar'–, por lo que literalmente principium es 'lo que se toma en primer lugar'. A pesar de ser usado para referirse a un inicio de algo, esta palabra es mayormente usada en un sentido filosófico moral y ético.

En su concepto más amplio, un principio es una base de ideales, fundamentos, reglas y/o políticas de la cual nacen las ideologías, teorías, doctrinas, religiones y ciencias.

Veamos a continuación los grandes principios transversales, cuyo conocimiento profundo es básico para elegir unos valores congruentes con nuestras auténticas metas existenciales.

1. Vida

El derecho a la vida es un principio universal y compartido por la totalidad de las sociedades humanas organizadas, hasta el punto de que suelen contemplar su potencial vulneración en el sistema jurídico que articula las leyes y las normas que promueven la convivencia. En tal caso se señala explícitamente que el hecho mismo de existir amerita garantías dirigidas a salvaguardar la dignidad, la integridad física o emocional; y la posibilidad de acceder a todas las oportunidades de desarrollo que el tiempo y el lugar permitan (educación, sanidad, etc.).

Este principio es, con absoluta seguridad, el más elemental de todos los que en lo sucesivo se describirán. De uno u otro modo, los demás se encuentran subsumidos en él.

2. Bondad y maldad

El principio del bien y del mal es un dilema inherente a la condición humana. Sobre él se erige qué es correcto y qué no lo es para una sociedad concreta en un momento dado, y ha sido el escenario en el que tradicionalmente se ha desplegado la religión (aprovechando el espacio sobre el que se construye la espiritualidad).

También los aspectos prácticos de la filosofía, como la ética, han buscado una delimitación universal de estos opuestos. Así, ambos extremos de la balanza concurren en todas las culturas, solo que se explican de una manera diferente.

3. Humanidad

El principio de humanidad es aquel mediante el que se distingue a una persona del resto de los animales que pueblan la tierra, asignando a cada una los atributos que la caracterizan como miembro de su extensísima fraternidad. Supone el reconocimiento implícito de aquello que la diferencia del resto; aunque al mismo tiempo atribuyéndole la condición de absoluta equiparación, pertenencia y asimilación.

A todo humano se le reconoce acreedor de la capacidad de razonar, del derecho a buscar la felicidad y de la facultad para expresar su unicidad y singularidad en el marco de la convivencia.

4. Libertad

La libertad es un principio universal, mediante el que se prevé que cada ser humano pueda desarrollar su máximo potencial y expresar su individualidad sin presiones ni limitaciones. Se asocia a la posibilidad de elegir aquello que se considera apropiado para uno mismo de entre todas las opciones disponibles, en la medida en que se salvaguarden los derechos del resto de personas que pudieran estar implicadas en la decisión. La libertad se vincula también a la responsabilidad de asumir los errores que se deriven de los actos.

Las sociedades humanas pueden reservarse el recurso extraordinario de privar a un sujeto de su libertad en el momento en que comete actos contrarios a cualquiera de los principios que se han descrito hasta el momento, siendo una de las penas más severas que se pueden aplicar.

5. Igualdad

El principio de igualdad se fundamenta en la convicción de que todo ser humano, con total independencia del lugar del que provenga, de sus circunstancias o de sus creencias, ostenta una relación simétrica respecto a los demás en lo relativo a los derechos que le amparan y los deberes que se le exigen. Así, de manera vehemente se considera injusto cualquier acto discriminatorio por razón de sexo, apariencia, etnia, orientación sexual, credo o condición de salud.

La igualdad es un principio ideal al que toda la sociedad aspira, aunque no siempre es fácil de alcanzar. Los propios roles que se asignan a unos u otros en función de atributos diversos (sexo, lugar de procedencia, aptitudes, etc.) constriñen las oportunidades de desarrollo siguiendo criterios arbitrarios. La lucha por la igualdad es la sempiterna reclamación de los grupos humanos que se perciben oprimidos o lastimados.

Diferencias entre Principios y Valores

No es en absoluto infrecuente que múltiples palabras de nuestro idioma acaben usándose como si fueran conceptos sinónimos, pese a que muchas veces existan matices clave que las diferencian y las dotan de valor distintivo.

Un ejemplo claro de ello lo encontramos en el supuesto de los valores y los principios, dado que ambos aluden a guías y heurísticos a través de los cuales todo ser humano se conduce en sociedad.

En el presente artículo ahondaremos en las diferencias entre valores y principios, usando ejemplos de unos y otros con el propósito de clarificar un asunto de gran importancia para entender qué motiva a las personas a actuar y sentir de una determinada manera.

Tanto los valores como los principios resumen conceptos ideales, intangibles, que tienen una estrecha relación con la forma en la que nos sentimos y actuamos.

Todos albergamos en nuestro fuero interno un sistema ético a partir del cual desarrollamos las conductas intra e interpersonales, siendo fundamentales para la comprensión de las metas que forjamos como adecuadas. Y aunque pueda parecer que guardan una relación de equivalencia, lo cierto es que son claramente distintos.

Es importante distinguir la diferencia entre principios y los valores:

Los principios son el conjunto de normas que forman parte de la ética y constituyen un marco de referencia para el obrar virtuoso. Estos principios remiten a la práctica del bien como un fin que produce felicidad al ser humano como ser racional y libre. La ética es una rama del conocimiento en la filosofía que, desde su perspectiva teórica, constituye una base fundamental para la acción orientada a la práctica del bien. Estos principios tienen un valor universal, es decir que mientras que los valores describen a cada persona de manera particular en su individualidad y características, este sistema normativo es educativo desde la generalidad. Esos principios, a su vez, son la base de los valores puesto que, por ejemplo, el valor del respeto conecta con la manifestación del bien.

Se considera una “persona con principios”, a aquella que vive sus valores sintonizados con sus principios morales y éticos. Por medio de los valores, una persona aspira a ser su mejor versión. Un ser humano comienza a educar sus valores desde la infancia a través del contacto directo con el entorno familiar, social y educativo. Los valores no pueden entenderse como leyes universales e inmutables, sino que están sujetos al momento histórico y pueden variar.

El ser humano vive en sociedad, forma parte de un grupo. Por tanto, los principios potencian la felicidad a través de la creación de una convivencia agradable y pacífica centrada en el bien común como una meta de bienestar.

Los principios conectan directamente con los valores, aunque generalmente se traducen en términos mucho más operativos a partir de los cuales podemos evaluar las consecuencias de nuestros propios actos. Por ejemplo, si uno de los valores sobre los que sustentamos nuestra vida es el respeto, forjaremos principios que se alineen con él, como “tratar a las personas de manera amable y honrada”; mientras que si es la dedicación la que tiene reservada una posición central, consideraremos como válido “no ejercer sobre los demás ninguna forma de violencia”.

Cómo puede apreciarse, se plantean en forma de conductas específicas que permiten actuar en coherencia con los valores que nos guían, considerándose que en la medida en que nos ajustemos a ellos podremos actuar de forma consecuente con lo que juzgamos importante. Por lo tanto, orientan las decisiones sobre lo que consideramos correcto o incorrecto, alzándose como "leyes" que gobiernan la parte de la vida que se despliega en el día a día y que tiene un impacto sobre los demás.

Los principios aluden a aspectos mucho más básicos y universales que los propios valores. Se trata de cuestiones esenciales que forman parte de la naturaleza misma del ser humano, y que contrariamente a lo señalado en cuanto a los valores, conforman un conjunto de reglas compartidas por todas las sociedades (por lo que el individuo no los elige deliberadamente).

Principios morales versus Principios éticos

Los principios morales pueden considerarse un reflejo de nuestro comportamiento social.

Cada principio moral representa un conjunto de valores que orientan y norman la conducta y el comportamiento social (la ley establece una obligación en la conciencia del individuo que pertenece al ámbito cultural en el que se aceptan tales valores, y supone la libertad del individuo como causa, que actúa sin coacción externa, mediante un proceso de socialización).

Los principios éticos, en cambio, reflejan el “adecuado” comportamiento de personas y el uso de sus conocimientos específicos en áreas profesionales relevantes para la sociedad, por ejemplo, los médicos.

Los principios morales junto a los principios éticos componen lo que se llama de Principios del Ser Humano. Estos Principios, a pesar de ser extremadamente importantes, son una creación subjetiva de nuestra propia cultura y de nuestra propia religión.

Cuando los medios se subordinan a los fines en orden a una eficacia, el principio actúa como orientador de la acción: "Si quieres alcanzar este objetivo, tienes que hacer esto y esto": es el "principio de utilidad".

Supone la condicionalidad de la norma en su relación con la acción. Solamente la norma es eficaz "a condición de" que se quiera alcanzar el fin.

Cuando el principio establece en la conciencia individual una norma de acción necesaria para la realización de un valor como último, incondicionado y universal, en sentido de "Debes hacer esto", de forma obligatoria, de manera determinante, consideramos un principio de eticidad. Supone la indeterminación de la causa, como libertad, y la obligación de ejercicio de la voluntad como determinación.

Si el principio se establece socialmente obligatorio en la realización de un valor, no regido por la ley jurídica escrita, establecemos la "moralidad". Supone la indeterminación de la causa como acción libre y la aceptación de la norma por la pertenencia al grupo social.

Podemos describir a un ser humano poniendo un acento especial en sus valores como cualidades que individualizan el modo de ser y el comportamiento de esa persona. Los valores positivos nutren al ser humano hasta el punto de que constituyen una fuente importante de resiliencia frente a las dificultades de la vida y en la toma de decisiones. Por medio de los valores admirables, una persona aspira a ser su mejor versión a través de la coherencia.

A través del conocimiento de la diferencia entre los principios y los valores, y el deseo de actuar desde este marco de acción, una persona puede llevar al plano de la práctica esta base teórica cuando toma decisiones en su vida. Por supuesto, también puede ocurrir que una persona se arrepienta de haber obrado de determinada forma y pueda recapacitar al darse cuenta de los efectos de sus actos.

Listado de Principios vinculados al paradigma de la sustentabilidad y la regeneración

A continuación, un listado de principios que están directamente vinculados al paradigma de la sustentabilidad y la regeneración, que se fundan en el respeto de la naturaleza y de la persona humana:

1. Principio de alteridad, solicitud y reciprocidad

2. Principio de autodeterminación, autonomía y emancipación

3. Principio de belleza

4. Principio de benevolencia y no maleficencia

5. Principio de complejidad e incertidumbre

6. Principio de complementariedad

7. Principio de contemporaneidad

8. Principio de contra-aleatoriedad

9. Principio de ejemplaridad

10. Principio de integralidad

11. Principio de legalidad y justicia

12. Principio de libertad y libre albedrío

13. Principio de lo emergente

14. Principio de no acción: wu wei

15. Principio de prevención

16. Principio de razonabilidad

17. Principio de realidad

18. Principio de responsabilidad diferenciada

19. Principio de solidaridad

20. Principio de trascendencia

21. Principio del mínimo consenso

22. Principio precautorio

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