Responsabilidad Social Corporativa

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Responsabilidad Social Corporativa

La responsabilidad social corporativa (RSC) ha sido definida desde diversos ámbitos de modos muy distintos. A pesar de esta diversidad conceptual, en casi todos los enfoques es posible encontrar un fondo común que ha permitido llegar a un cierto consenso sobre el concepto de RSC.
Una de las definiciones más conocidas es la de la Comisión Europea: "La RSC es la integración voluntaria, por parte de las empresas, de las preocupaciones sociales y ambientales en sus operaciones comerciales y en sus relaciones con sus interlocutores".

Otras definiciones de RSC son:
"La RSC es el compromiso que asume una empresa para contribuir al desarrollo económico sostenible por medio de colaboración con sus empleados, sus familias, la comunidad local y la sociedad, con el objeto de mejorar la calidad de vida". WBCSD (World Business Council For Sustainable Development)
"La RSC es el conjunto de prácticas empresariales abiertas y transparentes basadas en valores éticos y en el respeto hacia los empleados, las comunidades y el ambiente". PWBLF (Prince of Wales International Business Leaders Forum)
"La RSC se define como la administración de un negocio de forma que cumpla o sobrepase las expectativas éticas, legales, comerciales y públicas que tiene la sociedad frente a una empresa". BSR, (Business for Social Responsibility)
"La RSC es una forma de gestión que se define por la relación ética de la empresa con todos los públicos con los cuales ella se relaciona, y por el establecimiento de metas empresariales compatibles con el desarrollo sostenible de la sociedad; preservando recursos ambientales y culturales para las generaciones futuras, respetando la diversidad y promoviendo la reducción de las desigualdades sociales". Instituto Ethos de Empresas y Responsabilidad Social.
"La RSC se refiere a una visión de los negocios que incorpora el respeto por los valores éticos, las personas, las comunidades y el medio ambiente. La RSC es un amplio conjunto de políticas, prácticas y programas integrados en la operación empresarial que soportan el proceso de toma de decisiones y son premiados por la administración". Foro de la Empresa y la Responsabilidad Social en las Américas.
"La RSC hace referencia a la manera en que la empresa integra valores sociales básicos con sus prácticas comerciales, operaciones y políticas cotidianas". The Center for Corporate Citizenship del Boston College
Estas definiciones permiten hacernos una idea clara de lo que es la RSC. Sin embargo, hay que advertir de que la RSC es concepto dinámico y en desarrollo, por lo que es preciso caracterizarlo con algunas claves para comprender mejor su verdadera dimensión. Así, la RSC es:
- integral, es decir, abarca a un conjunto complejo de dimensiones de la empresa.
- gradual, puesto que se presenta como un camino de excelencia a seguir.
- proporcional, ya que la expectativa de su ejercicio y aplicación tiene una relación directa con el tamaño de la empresa y su correspondiente poder o capacidad de influencia en el mercado.
Esta aproximación al concepto de RSC nos permite abordar lo realmente crítico para la empresa: definir qué es para ella la RSC.
Toda empresa que desee implantar políticas y prácticas de RSC debe responder a estas cuestiones iniciales:
• ¿Qué es la RSC para mi empresa?
• ¿Por qué mi empresa debe implantar la RSC?
• ¿Para qué implantar la RSC en mi empresa?
Esta definición propia de la RSC permite a la empresa reflexionar sobre la verdadera naturaleza de su actividad y construir una base sólida sobre la que progresar adecuadamente.

MOTIVOS Y CRÍTICAS A LA RSC

El desarrollo espectacular de la RSC, el creciente interés por estos temas y la implantación de prácticas de gestión sostenible en las empresas tiene origen en una serie de causas que han impulsado este fenómeno. Algunas de los principales motivos que fortalecen el desarrollo de la RSC son:

El origen ético de la RSC
Tradicionalmente se ha pensado que el mundo de la empresa era independiente de la esfera moral y que las reglas económicas eran diferentes a las morales: "los negocios son los negocios". Sin embargo, las partes interesadas de la empresa han roto con esta disociación y exigen que la empresa haga compatible los beneficios económicos con una conducta basada en sólidos valores éticos.
La ética no cuestiona la rentabilidad sino la manera en la que las empresas obtienen sus ganancias. En definitiva, también en el mundo de la empresa, se aplica el principio "el fin no justifica los medios".
Esta creciente reflexión ética acerca de la actuación de las empresas y a su gestión ha alimentado con fuerza a la RSC. Un buen ejemplo son las palabras de Josep M. Lozano, "la acción humana es una acción mediada organizativamente, y por lo tanto, parece que pensar éticamente la acción humana, comporta también su especificidad, en tanto que ésta acción se lleva a cabo mediante empresas y organizaciones".

Escándalos
La serie de escándalos derivados de las malas prácticas empresariales que han saltado a la opinión pública y que han causado grandes pérdidas a pequeños inversores han sido un detonante para exigir a las empresas una conducta adecuada que permita recuperar la confianza en ellas y en las reglas del mercado.

Deterioro del medio ambiente
Los impactos ambientales de la actividad empresarial son rápida y fácilmente identificables. La demanda de un comportamiento responsable con el entorno natural es una de las primeras voces que se alzó a favor de la RSC y uno de los movimientos más potentes y organizados de la sociedad. La presión de las ONGs ha sido crítica en este ámbito, pero otros colectivos han recogido el testigo y el cuidado del medio ambiente ya no es una opción para las empresas.

Presión de los grupos de interés
Los colectivos que afectan o se ven afectados por la actividad de la empresa cobran un nuevo protagonismo al demandar y exigir a las organizaciones un compromiso con la sociedad y el medio ambiente y unas prácticas coherentes con ese compromiso. Un ejemplo claro de presión de los grupos de interés el activismo de los accionistas o las demandas de los empleados. De una forma creciente, los accionistas toman sus decisiones teniendo en cuenta, además de los resultados financieros de las empresas, su desempeño en los ámbitos social y ambiental. Además, esta tendencia se fortalece con el protagonismo que estas cuestiones están teniendo en las Juntas Generales de Accionistas. En muchas ocasiones, los empleados son los primeros que sufren la irresponsabilidad de las empresas y sus reivindicaciones han sido un fuerte impulso de la RSC y un motor de cambio hacia un nuevo modelo de empresa. Una empresa que ya no se entiende como un juego cero en el que las rentas se reparten entre el capital y el trabajo, sino como un sistema de cooperación eficiente basado en el diálogo y acuerdo como factor clave de reducción de los costos de coordinación y como potencial de innovación.

Insuficiencia del derecho
La legislación y su aparato coercitivo se han demostrado ineficaces para garantizar el cumplimiento de unas mínimas reglas de juego. La RSC va más allá del derecho al configurarse no como una obligación externa sino como una autoimposición, una exigencia propia.

Globalización
El fenómeno de la globalización ha sido posible en buena medida por la expansión de las multinacionales por todo el mundo. Esto ha hecho que operen en sociedades con distintos valores y costumbres y que acumulen un gran poder. La consecuencia ha sido desajustes entre los valores de la empresa y los de las sociedades en las que opera y una creciente petición de control de las multinacionales, a menudo más poderosas que algunos gobiernos de países en desarrollo. El desarrollo de la sociedad de la información alimenta el fenómeno de la globalización, aumenta el control de las actividades empresariales y facilita la movilización de las partes interesadas.

Crisis del estado del bienestar
La ineficiencia de la gestión pública y las previsiones de los economistas han hecho saltar las alarmas sobre la sostenibilidad del modelo de bienestar. Ante esta situación, la sociedad ha vuelto su mirada hacia las empresas, a las que se les pide que asuman su responsabilidad social y compartan con el Estado la tarea de mantener el nivel de bienestar de los ciudadanos.

Mala imagen
Las malas prácticas de algunas compañías han contribuido a crear una mala imagen de las empresas, que necesitan recuperar la legitimidad y formar parte de la comunidad. Algunas empresas han visto en la RSC el camino más corto para conseguir la licencia para operar lo que a menudo se ha traducido en una perversión de la RSC al concebirla como un medio para mejorar la imagen social de la empresa. La RSC es un fin en sí misma al conectar los beneficios empresariales con los beneficios sociales.

Regulación
Ante las presiones sociales y los escándalos empresariales, la respuesta de algunos gobiernos ha sido la de aumentar la regulación. A la tradicional regulación ambiental o laboral se ha unido la tendencia a la regulación legal de aspectos como el gobierno corporativo o la información social y ambiental. Sin duda, la capacidad coercitiva y sancionadora de la ley "estimula" algunas prácticas de RSC, pero el grueso de la RSC cae en el ámbito de lo voluntario, de la competitividad y de la gestión de las empresas. La pregunta es inmediata: ¿es posible regular la gestión de las empresas? Si lo fuera, ¿sería conveniente?

Declaraciones de RSC
El los últimos años han proliferado las declaraciones de RSC de carácter internacional o local, lo que ha contribuido a divulgar este nuevo paradigma de gestión. Estas declaraciones generales se han desarrollado en documentos de carácter sectorial para facilitar la implantación de las prácticas de RSC en función de la naturaleza de cada actividad.

Oportunidad
Los mercados son cada vez más competitivos y las empresas han visto en la RSC una oportunidad de diferenciarse y crear ventajas competitivas. La RSC se mueve en el ámbito de lo voluntario, de la competitividad. La RSC es una oportunidad para que la empresa conozca mejor el entorno con el que se relaciona y responda adecuada y rápidamente a los cambios. Por otro lado, la RSC es una eficaz herramienta de minimización del riesgo social, ambiental y reputacional de la empresa.

Empresario/directivo responsable
Un último factor que se suele olvidar es que la RSC se origina a partir de una decisión que toman los empresarios y directivos de la organización. Existe una nueva generación de directivos y empresarios que, conscientes del impacto social y ambiental de su actividad, se comprometen con una gestión responsable e implantan prácticas sostenibles. Sin duda, factores como la formación o el entorno en el que desarrollan su actividad han propiciado la aparición de estos "nuevos" profesionales.
A pesar de sus evidentes beneficios, la RSC también se enfrenta a críticas y posturas en contra. Si no fuera así, seguramente todas las empresas implantarían prácticas de RSC. Conocer estas críticas nos permite reforzar nuestros argumentos y construir un concepto de RSC más sólido, a la vez que más sutil y matizado.

La crítica más conocida es la de Milton Friedman y su célebre "the business of business is business". A pesar de ser una postura superada ya hace tiempo, y en cierta medida matizada por el propio autor, todavía tiene acérrimos defensores que se enrrocan en una idea de empresa única y exclusivamente económica, olvidando cualquier asomo de dimensión social.
También es frecuente asociar RSC con costo económico. Algunos autores la consideran como un autoimpuesto que supone un gasto añadido para la organización. Este argumento nace de la confusión entre RSC y acción social. La realidad es que una empresa puede ser perfectamente responsable sin dedicar un euro a acción social y, al contrario, una organización puede ser tremendamente irresponsable aunque dedique grandes cantidades de dinero a actividades filantrópicas.
Otra crítica derivada de la una idea asistencial de la RSC es que los accionistas son los dueños de la empresa y son ellos los que deben decidir si deben dedicar recursos para los colectivos desfavorecidos. Por tanto, se trata de una decisión personal que no pueden tomar los directivos de la empresa con el dinero de los accionistas. Dos cosas hay que decir a esto. Aunque los recursos dedicados a acción social generen el mismo beneficio para el destinatario procedan del accionista o de la empresa, no tienen el mismo efecto en cuanto a la creación de cultura, imagen y reputación de la empresa. Por otra parte, ¿son los accionistas los únicos "propietarios" de la empresa? Legalmente, no hay discusión, pero sin duda, los grupos de interés también reciben valor creado por la empresa y tienen cierta capacidad de influencia en la gestión de la empresa.

Una crítica muy extendida es que la RSC es una herramienta publicitaria y de relaciones públicas. Es cierto que muchas organizaciones hacen poco y dice que hacen mucho. El reto es hacer lo que dicen que hacen y asumir la RSC de una manera más integral, no como una solución cosmética y superficial. Esta perversión de la RSC se deriva de entender la RSC como un medio y no como un fin en sí misma.
Algunos directivos argumentan que no se ocupan de la RSC porque están centrados en el core businnes de la empresa. De nuevo, se entiende a la RSC como algo superficial, accesorio, de lo que se puede prescindir. Pero como hemos visto, la RSC trata de las operaciones comerciales y de las relaciones cotidianas con los grupos de interés (clientes, proveedores, empleados,...) ¿no es eso core business?

A menudo también se esgrime el argumento en contra de la RSC de que lo social es responsabilidad del gobierno y de las organizaciones sociales. Sin duda, esto es así, pero esta responsabilidad no es exclusiva y todos los ciudadanos somos responsables del desarrollo y bienestar de nuestra sociedad. La empresa, como ciudadano corporativo que es, contribuye con su actividad a la mejora de la comunidad y debe minimizar las externalidades negativas que se deriven de sus operaciones. Cada agente debe asumir su responsabilidad social desde su rol en la sociedad y cooperando con otras instituciones para multiplicar el beneficio de las acciones emprendidas. Un buen ejemplo de esto es la creciente colaboración entre las empresas y organizaciones civiles u ONGs.

Una última crítica a la RSC es que supone nuevos riesgos para la empresa. Algunos directivos ven en la RSC una exigencia de transparencia que puede desvelar algunas debilidades de la empresa. También se suele decir que la RSC estimula el desarrollo normativo de los aspectos sociales y ambientales de la gestión empresarial. En cierta medida estas apreciaciones tienen parte de verdad. Efectivamente, algunas de las empresas líderes en la implantación de prácticas responsables sienten que se han puesto en el centro de las miradas y que son las más criticadas. Esto es un paradoja que desincentiva a las empresas, pues ven que es mejor no hacer nada ante el temor a ser criticadas.

DESAFIOS DE LA RSC
La RSC ha experimentado una progresión paralela a la evolución histórica de la orientación de la empresa. Un resumen esquemático de esta evolución puede ser:
- orientación a la producción
- orientación a las ventas
- orientación al consumidor
- orientación al cliente
- orientación a la competencia
- orientación a la sociedad
La orientación de la empresa a la sociedad a menudo a comenzado como una reacción defensiva ante la presión de determinados grupos sociales. El reto es interiorizar la RSC y que las empresas tomen la iniciativa, pasando de acciones aisladas de carácter filantrópico y de comunicación a la verdadera integración de las demandas sociales y ambientales de las partes interesadas en sus actividades de negocio.
Como dice Peter Drucker, "El administrador moderno, debe ser un activista político. Cada vez se dará mayor cuenta de que, en estos tiempos turbulentos, en adición a la gestión de su empresa, deberá convertirse en el líder e integrador de una sociedad pluralista"
En la actualidad y de una manera más intensa en el futuro, el éxito financiero ya no es la única medida por la que las partes interesadas emiten un juicio sobre las empresas. Ahora se espera de las compañías que tengan un buen desempeño en ámbitos no financieros tales como los derechos humanos, la ética de la empresa, políticas ambientales, desarrollo de la comunidad, gobierno corporativo o prácticas laborales. Tal es la importancia de estas cuestiones que el desempeño social y ambiental se ha puesto a la misma altura que el financiero. Este nuevo escenario plantea a las empresas el desafío de presentar una triple cuenta de resultados (económica, social y ambiental) y atender a las demandas y expectativas de las partes interesadas. En la nueva economía global, las empresas que lo consigan estarán mejor posicionadas para conseguir el éxito financiero a largo plazo y sobrevivir en un entorno cada vez más competitivo.
DECLARACIONES DE RSC
La empresa puede declarar su compromiso con la sociedad mediante la adhesión o asunción de los convenios, tratados y declaraciones relativos a la RSC.
Existen múltiples declaraciones internacionales y nacionales de carácter general que se han desarrollado posteriormente en documentos más específicos de acuerdo a las características y necedades específicas de determinados sectores de actividad.
En los últimos años han proliferado este tipo de iniciativas, siendo el Pacto Mundial de las Naciones Unidas la más relevante por su alcance y aceptación internacional.
Los diez principios del Pacto Mundial de las Naciones Unidas
1. Las empresas deben apoyar y respetar la protección de los derechos humanos fundamentales, reconocidos internacionalmente, dentro de su ámbito de influencia.
2. Las empresas deben asegurarse de que sus empresas no son cómplices en la vulneración de los derechos humanos.
3. Las empresas deben apoyar la libertad de afiliación y el reconocimiento efectivo del derecho a la negociación colectiva.
4. Las empresas deben apoyar la eliminación de toda forma de trabajo forzoso o realizado bajo coacción.
5. Las empresas deben apoyar la erradicación del trabajo infantil.
6. Las empresas deben apoyar la abolición de las prácticas de discriminación en el empleo y la ocupación.
7. Las empresas deberán mantener un enfoque preventivo que favorezca el medio ambiente.
8. Las empresas deben fomentar las iniciativas que promuevan una mayor responsabilidad ambiental.
9. Las empresas deben favorecer el desarrollo y la difusión de las tecnologías respetuosas con el medio ambiente.
10. Las empresas deben trabajar contra la corrupción en todas sus formas, incluidas extorsión y soborno.