Liderazgo transaccional
El primero en definir el concepto de liderazgo transaccional fue el sociólogo Max Weber. Más tarde, Bernard M. Bass lo reelaboró en contraposición al liderazgo transformacional.
En el liderazgo transaccional se utilizan el castigo y las recompensas para motivar a los miembros de un equipo. Este tipo de líderes cree que con una cadena de mando clara se logrará un buen rendimiento. Los integrantes del equipo deben seguir las instrucciones, mientras el líder supervisa de cerca su desempeño.
Se basa en procesos de intercambio entre líderes y empleados, en los que se los premia por su rendimiento. Las claves de esta forma de coordinación son los incentivos y los castigos. El líder transaccional motiva a los empleados para que alcancen sus objetivos mediante recompensas o pagos adicionales, puede sancionarlos si considera que el trabajo no cumple con lo esperado. Su principal objetivo es lograr que el equipo cumpla sus tareas de forma eficiente.
Los jefes transaccionales son útiles para alcanzar metas específicas. Sin embargo, este estilo solo funciona en contextos de estabilidad, pero pierde eficacia en situaciones de crisis.
Ventajas del liderazgo transaccional:
- El liderazgo transaccional es útil en situaciones donde el problema está claramente definido.
- Este estilo de liderazgo puede ser efectivo en momentos de crisis, ya que todos los roles están claramente establecidos.
- Los miembros del grupo saben con precisión qué se espera de ellos.
Desventajas del liderazgo transaccional:
- Este estilo de liderazgo limita la creatividad de los miembros del equipo.
- Los líderes transaccionales no brindan apoyo emocional a los integrantes del equipo cuando lo necesitan.
- No suelen reconocer las iniciativas individuales.
- Por lo general, este estilo de liderazgo no resulta eficaz a largo plazo, porque está demasiado centrado en los objetivos de corto plazo.